lunes, 8 de febrero de 2016

¿NOS RESISTIMOS A CAMBIAR NUESTRAS PROPIAS VIDAS Y NUESTRAS COSTUMBRES DE SIEMPRE Y NOS ACOMODAMOS A UN ORDEN DE COSAS INJUSTO?


Jesús inició su actividad pública en la sinagoga de Nazaret, pueblo en el que fue criado, y lo hace proclamando la buena noticia de la liberación de los hombres ofrecida por Dios por medio de su persona y de su mensaje.

Se presenta a sí mismo como el realizador de las promesas de Dios: “El Espíritu de Dios sobre mí, me ha ungido PARA ANUNCIAR LA BUENA NOTICIA A LOS POBRES, PARA ANUNCIAR A LOS CAUTIVOS SU LIBERTAD Y CONSEGUIR LA LIBERTAD A LOS OPRIMIDOS”.

MUCHOS AL OÍRLO HAN QUEDADO ADMIRADOS DE LAS PALABRAS DE GRACIA QUE SALÍAN DE SU BOCA.

Pero no llegan verdaderamente a comprender quién es Jesús porque se quedan en lo que saben de Él: que es el hijo de José, el carpintero del pueblo.
Por eso Jesús les interpela su falta de fe; les hace ver que no lo reconocen ni aceptan como el enviado de Dios porque se cierran en lo que pretenden saber de Él y de Dios.

Ocurre entonces que las palabras de Jesús que, en un primer momento, les habían parecido palabras de gracia, les resultan ahora escandalosas.

¡Cómo van a ver en Jesús al enviado de Dios, si no es más que el “hijo de José”, UNO MÁS DEL PUEBLO SIN NINGÚN PODER QUE LEGITIME SU MISIÓN SALVADORA!

Al mismo tiempo, SE RESISTEN A CREER EL ANUNCIO QUE LES HA HECHO DEL COMIENZO DE UNA ERA NUEVA QUE LES EXIGE NUEVAS ACTITUDES.

Conocían a Jesús demasiado para aceptar una novedad tan radical y, por otra parte, SE RESISTÍAN A CAMBIAR SUS PROPIAS VIDAS Y SUS COSTUMBRES DE SIEMPRE.

JESÚS LOS EXHORTA A LA CONVERSIÓN.
LES RECUERDA QUE CON SU INCREDULIDAD Y DESCONFIANZA ESTÁN REPITIENDO EL COMPORTAMIENTO DE SUS ANTEPASADOS CON LOS PROFETAS ELÍAS Y ELISEO, QUE ENCONTRARON MEJOR ACOGIDA ENTRE LOS PAGANOS QUE ENTRE SUS OYENTES DEL PUEBLO ELEGIDO DE DIOS.

Así, Jesús sufre la suerte de los profetas, que fueron rechazados por los suyos Y SÓLO PUDIERON ACTUAR ENTRE QUIENES NO EXIGÍAN MILAGROS PARA CREER, NI PRETENDÍAN SABER CÓMO DEBÍA ACTUAR DIOS.

LOS DE NAZARET PASAN ENTONCES DE LA FURIA A LA VIOLENCIA Y DECIDEN QUITARLO DE EN MEDIO, ELIMINARLO.

Lo empujan fuera de la ciudad e intentan despeñarlo desde el barranco del monte donde se alzaba su pueblo.

Lo ven como un blasfemo y debe morir.

Pero Jesús, de forma imponente, abriéndose paso entre ellos, se alejaba.

LA OPOSICIÓN DE LOS NAZARENOS HA SIDO UN ADELANTO DEL RECHAZO QUE VA A SUFRIR EN SU ACTIVIDAD PÚBLICA Y QUE CULMINARÁ EN SU CONDENA A MUERTE.

Llegará el momento en que las autoridades judías lo entreguen a los romanos y acabe su vida en la cruz.

Pero aquello vendrá a su debido tiempo. Ahora LA LIBERTAD SOBERANA CON QUE VENCE EL FUROR DE SUS ENEMIGOS PREFIGURA SU RESURRECCIÓN.

Jesús está por encima de la maldad humana. JESÚS SIGUE HACIENDO EL BIEN, A PESAR DE LA MALIGNIDAD DEL MUNDO.

En el plano eclesial, recordamos a la Iglesia que siempre ha habido y habrá necesariamente dentro de ella PROFETAS MOVIDOS POR EL ESPÍRITU DE DIOS QUE INTERPELAN A LA SOCIEDAD Y CONMUEVEN LAS CONDUCTAS.


Estos hombres y mujeres llaman también la atención de la misma Iglesia para que en sus instituciones humanas y en los hombres que la forman NO TIENDA A ACOMODARSE A NINGÚN ORDEN DE COSAS INJUSTO, NO SE DOBLEGUE ANTE LOS PODEROSOS, NO SIGA OTRO INTERÉS QUE EL DE JESUCRISTO Y NO DEJE DE DEFENDER LOS JUSTOS INTERESES DE LOS MÁS NECESITADOS SI QUIERE SEGUIR SIENDO FIEL AL EVANGELIO.

La libertad del profeta la necesita la Iglesia PARA DENUNCIAR LAS INJUSTICIAS Y ANUNCIAR EL EVANGELIO DEL AMOR,
PARA INVITAR AL CAMBIO DE CONDUCTA Y PENSAR EL FUTURO DESDE LA JUSTICIA Y EL AMOR.

Verdaderos ejemplos de inspiración profética los podemos apreciar en las actitudes y gestos que está demostrando el Papa Francisco PARA PROMOVER LA RENOVACIÓN DE LA IGLESIA Y LA REFORMA DE SUS INSTITUCIONES.

Mientras Jesús está lleno del Espíritu Santo, los nazarenos están llenos de ira.
TAMBIÉN ESTO ENCUENTRA APLICACIÓN HOY SI MIRAMOS LOS GRAVES CONFLICTOS QUE SE LIBRAN EN EL TERRENO DE LAS RELIGIONES.

La mayor dureza del corazón humano, capaz de llevar a las peores violencias, ES LA QUE PROVIENE DE LAS PRETENSIONES RELIGIOSAS, QUE SE EXPRESAN EN CONDUCTAS INTOLERANTES, EXCLUYENTES Y CONDENATORIAS, Y SUSTENTAN TODO TIPO DE FUNDAMENTALISMO O SECTARISMO DEL SIGNO QUE SEA.


Para nosotros hoy, el mensaje de este evangelio mantiene plena vigencia.

Todos nos podemos ver retratados en la sinagoga de Nazaret.
Como los nazarenos, también nosotros en un primer momento acogemos con entusiasmo el mensaje del evangelio. PERO CUANDO COMPRENDEMOS QUE LA PROPUESTA DE JESÚS NOS EXIGE CAMBIOS IMPORTANTES EN NUESTRO MODO DE VIVIR APARECEN NUESTRAS RESISTENCIAS.

Por otra parte, tampoco a nosotros nos agrada que nadie nos haga ver nuestras incoherencias y deje al descubierto nuestra incredulidad... No repitamos el error de los paisanos de Jesús: en vez de echarlo fuera, SALGAMOS NOSOTROS FUERA DE LOS ESTRECHOS LÍMITES EN QUE NOS ENCERRAMOS Y VAYAMOS CON ÉL.

SIGAMOS SUS ITINERARIOS IMPREVISIBLES Y DEMOS LOS PASOS QUE NOS PROPONGA DAR, AUNQUE INICIALMENTE NO ENTREN EN NUESTROS CÁLCULOS.


¿BUSCAMOS EXCUSAS EN LA FE Y EN LA RELIGIÓN PARA ELUDIR LAS RESPONSABILIDADES DE LA CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD HUMANIZADA?

 


 “Se elevó a la vista de ellos"


El Señor se va, pero deja a sus discípulos la certeza de que no los abandona.

“YO ESTARÉ CON USTEDES HASTA EL FIN DE LOS TIEMPOS”.

La comunidad que ellos forman, y que da inicio a la Iglesia, VIVIRÁ DE ESTA VIVENCIA DE SU PRESENCIA CONTINUA Y DARÁ TESTIMONIO DE ELLA. “USTEDES SERÁN MIS TESTIGOS”.

Los Hechos de los Apóstoles y los evangelios describen el paso de Jesús de este mundo al Padre, con un lenguaje simbólico que corresponde A LA IDEA QUE SE TENÍA DEL MUNDO EN AQUELLA ÉPOCA.

Se pensaba el universo dividido en tres niveles:
EL CIELO: LA CASA DE DIOS,
LA TIERRA: EL LUGAR DE LAS CRIATURAS Y
LOS INFIERNOS: EL LUGAR DE LOS MUERTOS.

POR ESO SE DICE QUE JESÚS “DESCIENDE” A LOS INFIERNOS COMO LOS MUERTOS Y “SUBE” DESPUÉS A LOS CIELOS DE DONDE PROCEDÍA.

Con ello, lo que la Sagrada Escritura nos quiere decir es que la resurrección del Señor CULMINA EN SU ASCENSIÓN.

Jesucristo vuelve a su Padre, vive y reina con Él para siempre.

 POR ESO, ASCENSIÓN ES SINÓNIMO DE EXALTACIÓN.
JESÚS PARTICIPA DE LA GLORIA DEL PADRE.

En adelante Jesús ya no estará presente físicamente con sus discípulos, como lo estuvo durante su vida terrena; AHORA ÉL ESTARÁ DENTRO DE ELLOS, EN LO ÍNTIMO DE SU SER.

“YO ESTARÉ CON USTEDES TODOS LOS DÍAS”

San Pablo dirá que esa nueva forma de hacerse presente Cristo SE REALIZA POR MEDIO DEL ESPÍRITU SANTO QUE HABITA EN NUESTROS CORAZONES.

No permanece únicamente como un recuerdo de sus palabras, de su doctrina, del ejemplo de su vida.

No, Él nos deja su Espíritu, es decir, INFUNDE EN NOSOTROS SU AMOR, QUE ES LA ESENCIA MISMA DEL SER DIVINO, LA VIDA DE DIOS.

Por el Espíritu, que nos envía desde el Padre, LA VIDA DIVINA PENETRA EN LAS PROFUNDIDADES MÁS SECRETAS DE LA TIERRA Y DE NUESTROS CORAZONES.

Así, volviendo a su Padre y nuestro Padre, a su Dios y nuestro Dios, llevando consigo nuestra realidad humana, que él hizo suya por su encarnación, NOS HACE CAPACES DE COMPARTIR SU VIDA DIVINA.

Debemos dar gracias porque Cristo N.S., “después de su Resurrección, se apareció visiblemente a todos sus discípulos y, ante sus ojos, fue elevado al cielo PARA HACERNOS COMPARTIR SU DIVINIDAD”.

Con su ascensión, Cristo no abandona el mundo; ADQUIERE UNA NUEVA FORMA DE EXISTENCIA QUE LO HACE MISTERIOSAMENTE PRESENTE EN EL CORAZÓN DE LA HISTORIA.

Por eso no se le puede buscar entre las nubes sino en la tierra en donde permanece. Huir del mundo es una tentación, por eso Cristo no ha huido.

Los ángeles, en el relato de Hechos, corrigen a los apóstoles que se quedan parados mirando al cielo.
Ellos hacen ver a los apóstoles que LA IGLESIA DEBE MIRAR A LA TIERRA Y REALIZAR EN ELLA LA MISIÓN QUE JESÚS LE HA CONFIADO.

Con la ascensión SE INAUGURA EL TIEMPO DE LA IGLESIA, QUE ES EL TIEMPO DEL TESTIMONIO Y DEL EMPEÑO, DE LA SIEMBRA LABORIOSA Y DE LA LENTA GERMINACIÓN DE LA SEMILLA, DEL CRECIMIENTO DEL TRIGO JUNTO CON LA CIZAÑA, EN LA ESPERANZA DE LA ÚLTIMA Y GLORIOSA VENIDA DE NUESTRO SALVADOR Y SEÑOR.


Por esta razón, ni un espiritualismo desencarnado ni una praxis meramente temporal realizan el mandato del Señor de “proclamar la buena noticia a toda criatura” (Mc 16, 15) y ser sus testigos (Hech 1,8).

La ascensión nos lleva a comprometernos con la tierra, con nuestro país, porque es allí adonde Cristo nos envía PARA COLABORAR EN LA INSTAURACIÓN DE SU REINO.

Asimismo, sabemos también que así como NO SE PUEDEN BUSCAR EXCUSAS EN LA FE Y EN LA RELIGIÓN PARA ELUDIR LAS RESPONSABILIDADES CON LA CONSTRUCCIÓN DE LA SOCIEDAD, ASÍ TAMPOCO SE PUEDE ESPERAR QUE LA CREACIÓN DE UN MUNDO NUEVO Y LA LIBERACIÓN DE TODOS LOS MALES QUE AFECTAN LA VIDA HUMANA DEPENDERÁN ÚNICAMENTE DE NUESTRA VOLUNTAD Y DE NUESTRO INGENIO.

Recordemos, finalmente, que la ascensión pone ante nuestros ojos nuestro destino final: SOMOS “CIUDADANOS DEL CIELO” Y, POR TANTO, ANUNCIADORES DE UNA ESPERANZA QUE MIRA MÁS ALLÁ DE LAS COSAS DE ESTE MUNDO.

La ascensión del Señor nos hace ver que nuestra vida se encuentra sólo en Dios, en lo alto, el lugar que más le conviene, la meta final a la que tiende.

ESTA TIERRA NO ES NUESTRO LUGAR DEFINITIVO ESTAMOS HECHOS PARA DIOS.

Así, para elevar el corazón y no cejar en nuestro empeño por mejorar nuestro mundo conforme a los valores del reino de Dios, nos reunimos el Domingo, día del Señor, y celebramos juntos su memorial, EL SACRAMENTO DE SU PRESENCIA Y DE NUESTRA COMUNIÓN CON ÉL, FUENTE DE EUCARISTÍA, DE ALEGRÍA Y ACCIÓN DE GRACIAS, QUE NOS HACE EXPRESAR Y MANTENER VIVO EN NUESTRO CORAZÓN EL ANHELO MÁS HONDO: ¡MARANA THA, VEN, SEÑOR JESÚS! PORQUE TUYO ES EL REINO, TUYO EL PODER Y LA GLORIA POR SIEMPRE SEÑOR.
Mostrar menos
1