Orientaciones
para una Pastoral Familiar (1)
Tras aportaciones del Sínodo de los Obispos sobre la Familia y de las
conferencias episcopales de todo el mundo, el papa expone en la Exhortación
Apostólica Amoris laetitia LA ENSEÑANZA
DE LA IGLESIA SOBRE EL AMOR EN LA FAMILIA.
En ella insiste mucho en el rol que cumple la conciencia personal y el
discernimiento pastoral.
Y urge a la Iglesia valorar el contexto en el que vive la gente a la
hora de ayudarla a tomar buenas decisiones.
Todo esto requiere lo que el papa llama nuevos caminos pastorales (199).
Señalamos diez puntos clave en este innovador documento del papa.
1. LA IGLESIA DEBE ENTENDER A LAS
FAMILIAS Y A LAS PERSONAS EN TODA SU COMPLEJIDAD.
Ha de hacerse presente allí donde
vive la gente.
Deberá evitar los juicios que no
tengan en cuenta la complejidad de las diversas situaciones (296).
Las personas no pueden ser
encasilladas en rígidos esquemas que no dejen espacio al discernimiento personal
y pastoral (298).
En otras palabras, no existen tallas únicas.
Hay que invitar a la gente a vivir el
Evangelio, pero es preciso también acogerlas en una Iglesia QUE CONOCE SUS DIFICULTADES Y SABE
TRATARLAS CON MISERICORDIA, EVITANDO CREER QUE TODO ES BLANCO O NEGRO
(305).
La Iglesia no puede aplicar leyes
morales COMO SI ESTUVIERA LANZANDO
PIEDRAS SOBRE LA VIDA DE LAS PERSONAS (305).
Por encima de todo, su voz TIENE QUE SER UNA LLAMADA A LA CERCANÍA Y A
LA COMPRENSIÓN, A LA COMPASIÓN Y AL ACOMPAÑAMIENTO.
2. EL PAPEL DE LA CONCIENCIA ES
PRIMORDIAL EN LA TOMA DE DECISIONES.
La conciencia de las personas en
aquellas situaciones que no encajan con nuestra comprensión del matrimonio debe
ser tenida en cuenta (303).
La conciencia individual es el
árbitro definitivo de la vida moral.
LA IGLESIA ESTÁ LLAMADA A FORMAR CONCIENCIAS, PERO NO PUEDE PRETENDER
SUSTITUIRLAS (37).
Sí, es verdad que la conciencia tiene
que ser formada por las enseñanzas de la Iglesia, nos dice el papa, PERO LA CONCIENCIA TIENE QUE IR MÁS ALLÁ DE
JUZGAR LO QUE ESTÁ O NO ESTÁ DE ACUERDO CON LAS ENSEÑANZAS DE LA IGLESIA.
Tiene que reconocer lo que Dios nos
está pidiendo a cada uno (303).
Por eso los pastores tienen que
ayudar a la gente no solo a seguir normas, SINO
A PRACTICAR EL DISCERNIMIENTO, QUE IMPLICA LA TOMA DE DECISIONES EN UN CLIMA DE
ORACIÓN (304).
3. LOS CATÓLICOS DIVORCIADOS Y VUELTOS A
CASAR DEBEN SER REINCORPORADOS DE MANERA MÁS PLENA.
¿Cómo hacerlo?
Teniendo en cuenta su situación,
valorando los atenuantes, aconsejándoles (es decir, en conversación entre el
sacerdote y la persona o la pareja).
La decisión última sobre su grado de
participación en la Iglesia debe dejarse a la propia conciencia de la persona
(305, 300).
No se menciona expresamente la
posibilidad de recibir la comunión, pero este es un aspecto de la participación
en la vida de la Iglesia.
A las parejas divorciadas y vueltas a
casar hay que hacerlas sentirse parte de
la Iglesia.
Ni están excomulgadas ni deben ser
tratadas como tales, porque integran en
todo momento la comunión eclesial (243).
4. TODOS LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA HAN
DE VIVIR CRISTIANAMENTE.
Gran parte de Amoris laetitia son REFLEXIONES SOBRE LAS ENSEÑANZAS QUE EL
EVANGELIO Y LA IGLESIA HACEN SOBRE EL AMOR, LA FAMILIA Y LOS HIJOS.
E incluye también una buena parte de
consejos prácticos.
El papa Francisco recuerda que el matrimonio
es un proceso dinámico y que es preciso aceptar las imperfecciones y NO EXIGIR QUE EL AMOR SEA PERFECTO PARA
ENTONCES APRECIARLO (122, 113).
Y anima no solo a las parejas
casadas, SINO TAMBIÉN A LAS PROMETIDAS,
EMBARAZADAS, PADRES ADOPTIVOS, PERSONAS VIUDAS, ASÍ COMO A TÍAS, TÍOS Y
ABUELOS.
Se muestra muy atento a todos, PARA QUE NADIE SE SIENTA MINUSVALORADO O
EXCLUIDO DEL AMOR DE DIOS.
5. NO HABLEMOS DESPECTIVAMENTE DE ESA
GENTE QUE VIVE EN PECADO.
El papa dice claramente:
No todas las personas que viven en
una situación irregular están viviendo en pecado mortal (301).
Otras en situaciones irregulares o
familias no tradicionales, como las madres solteras, NECESITAN COMPRENSIÓN, CONSUELO Y ACEPTACIÓN (49).
Continuará…
Texto de James Martin, SJ Director del semanario America