martes, 16 de agosto de 2016

¿ESTAMOS COLABORANDO PARA QUE NUESTROS HERMANOS TENGAN UNA VIDA DIGNA?


¿ESTAMOS COLABORANDO PARA QUE NUESTROS HERMANOS                                          TENGAN UNA VIDA DIGNA?

Uno de los filósofos más grandes del siglo XX, Ludwing Wittgenstein, vivió una experiencia que cambió profundamente su manera de comprender la fe.

Estando en los campos de Austria, donde se había retirado de la academia haciéndose profesor de una escuelita rural, vio pasar todo un contingente de soldados nazis, la tropa llevaba adelante una caja de acero en donde se guardaba el Santísimo Sacramento.


¡Es tan fácil manipular la experiencia religiosa!, es muy fácil torcer los símbolos, volviéndolos ideologías, o mecanismos de exclusión o de opresión, CUANDO SE VEN EN SÍ MISMOS Y NO SE RELACIONAN CON NUESTRAS PRÁCTICAS DE VIDA.

Esta anécdota de Wittgenstein nos hace pensar que no basta con creer y repetir frente al Sacramento de la Eucaristía que “Ese es el Cuerpo de Cristo”, SINO QUE ES NECESARIO LLEVAR UNA VIDA CONFORME A ESE SACRAMENTO QUE RECIBIMOS. 

En otras palabras, la experiencia eucarística no es simplemente decir que esa hostia que está allí y que comemos es el Cuerpo de Cristo, SE TRATA MÁS BIEN DE LA EXPERIENCIA DE PARTICIPAR DEL CUERPO DE CRISTO, O SEA, DE HACERNOS NOSOTROS MISMOS CUERPO DE CRISTO.

Yo me lleno de angustia y de tristeza cuando veo que reviven en la iglesia, y animada por gente estudiada y hasta médicos, esas visiones eucarísticas mágicas, donde dicen que aparece la hostia sangrando o convertida en un pedazo de carne.

ESTA ES UNA VISIÓN INGENUA, MÁGICA Y CONTRARIA A LA EXPERIENCIA DE FE CRISTIANA.

El milagro eucarístico no consiste en ese horror, SINO EN TRANSFORMAR NUESTRAS VIDAS INCORPORÁNDOLAS A JESUCRISTO.

Y digo que es un horror, porque a mí me parece más escena de una película de terror.
Si yo como sacerdote estoy en la consagración y en lugar de hostia me aparece un pedazo de carne, yo creo que no digo: ¡milagro, milagro!, sino que salgo despavorido por semejante cosa.

Lo central de la Eucaristía es participar, nosotros mismos, del cuerpo de Cristo, y esa participación estamos llamados a hacerla en tres dimensiones simultáneamente: A NIVEL PERSONAL, FAMILIAR Y SOCIAL.

A nivel personal NOS INCORPORAMOS A CRISTO DEJÁNDONOS TRANSFORMAR POR EL, ASUMIENDO EN NUESTRA VIDA LOS MISMOS SENTIMIENTOS Y ACTITUDES DE JESÚS.

Comulgar es una experiencia personal, cuando el sacerdote o el ministro que da la comunión me dice: “Cuerpo de Cristo”, yo digo “amén”, o sea, yo digo “sí”, YO QUIERO SER CUERPO DE CRISTO, QUIERO QUE MI VIDA ESTÉ ORIENTADA AL SERVICIO, Y QUE MI VIDA SEA ENTREGA A LOS DEMÁS.

Esto ya nos abre a una dimensión comunitaria, el Cuerpo de Cristo ES LA FAMILIA, LA COMUNIDAD DONDE SE COMPARTE LA VIDA Y LA FE, EN LA IGLESIA Y FUERA DE LA IGLESIA.

La dimensión personal de la fe está siempre acompañada de la dimensión comunitaria.
Tener la experiencia personal de ser hijos de Dios ES AL MISMO TIEMPO TENER LA EXPERIENCIA COMUNITARIA DE SER HERMANOS. 

¿QUÉ ES LO QUE HACE LA EUCARISTÍA EN NOSOTROS?

Hacernos Cuerpo de Cristo, Comunidad, Pueblo de Dios.
Por eso en este pasaje de la multiplicación de los panes, el evangelista nos pone al principio un pueblo disperso, una multitud informe, Y CON EL GESTO DE PARTIR EL PAN JESÚS LO TRANSFORMA EN UN PUEBLO SOLIDARIO, UN PUEBLO QUE COMPARTE, UN PUEBLO EN EL QUE TODOS SE ALIMENTAN BIEN Y TODOS VIVEN DIGNAMENTE.

Ese es el culto eucarístico, esa es la oración que Dios quiere que vivamos, CONSTRUIR UNA SOCIEDAD DONDE TODOS PUEDAN COMER Y VIVIR DIGNAMENTE, Y SOBREN DOCE CANASTOS, ES DECIR, DONDE HAYA SOBREABUNDANCIA DE VIDA, Y NO LO QUE TENEMOS HOY SOBREABUNDANCIA DE HAMBRE Y DE EXCLUSIÓN.

Como en la anécdota del filósofo hemos retorcido el sentido del símbolo.
La eucaristía que ES EL SIGNO DE LA INCLUSIÓN POR EXCELENCIA SE NOS HA VUELTO MECANISMO DE EXCLUSIÓN, INSTRUMENTO PARA DECIR ESTOS SON BUENOS Y ESTOS NO, O PARA DEFINIR QUIENES DEBEN ESTÁN ADENTRO Y QUIENES AFUERA. 

Es verdad que la Iglesia es el cuerpo de Cristo, pero el Cuerpo de Cristo es más que la Iglesia, y ésta es LA TERCERA DIMENSIÓN QUE QUIERO RESALTAR: LA SOCIAL, LA UNIVERSAL.

Pertenecer al cuerpo de Cristo ES TRASFORMAR NUESTRA VIDA PERSONAL, NUESTRA VIDA FAMILIAR Y DE IGLESIA, PERO TAMBIÉN TRANSFORMAR NUESTRA RELACIÓN CON EL MUNDO.

El mundo entero es también el Cuerpo de Cristo, y entonces AL COMULGAR NOS ESTAMOS COMPROMETIENDO A CONSTRUIR UN MUNDO MÁS SOLIDARIO, UN MUNDO MÁS JUSTO.

Recordemos lo que nos ha dicho repetidamente el Papa Francisco:

La Iglesia no puede ser auto-referencial, la Iglesia está al servicio del Reino de Dios. 
NO ES EL REINO PARA LA IGLESIA SINO LA IGLESIA PARA EL REINO.

Hace poco,  muchos creyentes salieron a arrodillarse acá en Cartagena en la plaza de la paz, la plaza se llenó de creyentes que con toda la buena voluntad del mundo pedían no quitar la oración de las sesiones públicas, pues una fallo judicial había “tumbado” una ley del “honorable concejo de Cartagena” que promulgaba como obligatorios la oración y los abrazos en los actos públicos.

Una plaza llena de arrodillados, gesto diciente del tipo de fe que vivimos los cristianos hoy, que salimos a protestar cuando nos dicen que “están atacando nuestra fe”, PERO QUE NOS HACEMOS LOS DESENTENDIDOS ANTE LA CORRUPCIÓN Y LOS MECANISMOS DE EXCLUSIÓN QUE MATAN A TANTAS PERSONAS.

Hay cristianos que se escandalizan porque una persona que vive en pareja y no se ha casado comulga, PERO NO DICEN NADA CUANDO NUESTROS LÍDERES CORRUPTOS LO HACEN. 
LA CORRUPCIÓN, EL ASALTO DE LOS DEPRAVADOS INTERESES PRIVADOS Y EGOÍSTAS A TODO LO QUE ES PÚBLICO Y BIEN COMÚN, ES EL VERDADERO SACRILEGIO.

Cuando una persona corrupta, que ha robado lo que pertenece a los más pobres, comulga, o incluso reza pretendiendo borrar con eso sus acciones, comete sacrilegio, está comulgando con su propia condenación. 

¡Qué bueno sería que los cristianos en lugar de arrodillarnos porque no nos dejan rezar, como si la oración no fuera un acto de libertad interior, o como si Dios fuera responsable de las rupturas de esta ciudad, digo qué bueno sería que en lugar de arrodillarnos para pedir rezos, nos levantáramos para hacer el verdadero culto eucarístico: LA JUSTICIA Y LA SOLIDARIDAD, LA EXIGENCIA DE LOS DERECHOS DE TODOS.


No le rindamos culto a un “cuerpo de Cristo” llevado para hacer la guerra, y tampoco a un Dios invocado para esconder corrupciones, rindámosle culto al verdadero Cuerpo de Cristo, ESE QUE SE ENTREGA GRATUITAMENTE, QUE TRANSFORMA NUESTRA VIDA, QUE SE HACE COMUNIDAD Y SERVICIO, QUE LEVANTA LOS CUERPOS CAÍDOS O HERIDOS Y LES DEVUELVE LA ALEGRÍA.

EL CRISTIANISMO NO ES UNA RELIGIÓN EUROPEA, ACLARA EL PAPA BENEDICTO XVI AL PRESENTAR LA FIGURA DE SAN EFRÉN DE SIRIA

EL CRISTIANISMO NO ES UNA RELIGIÓN EUROPEA, ACLARA EL PAPA BENEDICTO XVI AL PRESENTAR LA FIGURA DE SAN EFRÉN DE SIRIA

San Efrén de Siria (306-373), el más grande de los Padres de la Iglesia siríacos, así como el poeta más renombrado de toda la época patrística.

Nació en Nísibe, de familia cristiana, hacia el año 306. Se ordenó de diácono y ejerció dicho ministerio en su patria y en Edesa, de cuya escuela teológica fue el iniciador.
A pesar de su intensa vida austera, desplegó una gran actividad como predicador y como autor de importantes obras, destinadas a la refutación de los errores de su tiempo. Murió el año 373.
CIUDAD DEL VATICANO, 28 NOV 2007
El cristianismo no es una religión europea, su origen está en Jerusalén y ha tenido un desarrollo histórico decisivo en Asia que es importante redescubrir, explicó Benedicto XVI.
«Según una opinión común hoy, el cristianismo sería una religión europea, que habría exportado la cultura de este continente a otros países», comenzó diciendo el Santo Padre.
«Pero la realidad es mucho más compleja, PUES LA RAÍZ DE LA RELIGIÓN CRISTIANA SE ENCUENTRA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO Y, POR TANTO, EN JERUSALÉN Y EN EL MUNDO SEMÍTICO.
EL CRISTIANISMO SE ALIMENTA SIEMPRE DE ESTA RAÍZ DEL ANTIGUO TESTAMENTO», subrayó.

«Su expansión en los primeros siglos tuvo lugar tanto hacia occidente, hacia el mundo greco-latino, donde después inspiró la cultura Europa, como hacia el oriente, hasta Persia, la India, ayudando de este modo a suscitar una cultura específica, con lenguas semíticas, y con una propia identidad», indicó.

Para mostrar esta multiformidad cultural de la única fe cristiana, el Papa ha comenzado a presentar en su serie de reflexiones sobre las grandes figuras del cristianismo, a exponentes asiáticos. El miércoles anterior había hablado de Afraates el sabio persa del siglo IV.
En esta ocasión, se concentró en san Efrén, quien ha pasado a la historia del cristianismo como «CÍTARA DEL ESPÍRITU SANTO», EN REFERENCIA A LA SEDUCTORA BELLEZA POÉTICA DE SUS ESCRITOS.

«Ordenado diácono --recordó el obispo de Roma--, vivió intensamente la vida de la comunidad local hasta el año 363, en el que Nísibis cayó en manos de los persas. Entonces Efrén emigró a Edesa, donde continuó predicando.

Murió en esta ciudad en el año 373, AL QUEDAR CONTAGIADO EN SU OBRA DE ATENCIÓN A LOS ENFERMOS DE PESTE».
En su cultura y expresión siríaca, añadió el pontífice, «se puede ver la común y fundamental identidad cristiana: LA FE, LA ESPERANZA --ESA ESPERANZA QUE PERMITE VIVIR POBRE Y CASTO EN ESTE MUNDO, PONIENDO TODA EXPECTATIVA EN EL SEÑOR-- Y POR ÚLTIMO LA CARIDAD, HASTA OFRECER EL DON DE SÍ MISMO EN EL CUIDADO DE LOS ENFERMOS DE PESTE».

La gran contribución de Efrén a los cristianos de hoy, como señaló Benedicto XVI, se resume en su originalidad: «SU TEOLOGÍA SE HACE LITURGIA, SE HACE MÚSICA: DE HECHO, ERA UN GRAN COMPOSITOR, UN MÚSICO».

«TEOLOGÍA, REFLEXIÓN SOBRE LA FE, POESÍA, CANTO, ALABANZA A DIOS, VAN JUNTOS».
Y lo hace con el talento sirio, siguiendo «el camino de la paradoja y del símbolo».
El poeta sirio «CONFIERE A LA POESÍA Y A LOS HIMNOS PARA LA LITURGIA UN CARÁCTER DIDÁCTICO Y CATEQUÉTICO», algo que sigue siendo necesario hoy día.

Lo hace, por ejemplo, al hablar de Dios creador: «EN LA CREACIÓN NO HAY NADA AISLADO, Y EL MUNDO ES, JUNTO A LA SAGRADA ESCRITURA, UNA BIBLIA DE DIOS».

«AL UTILIZAR DE MANERA EQUIVOCADA SU LIBERTAD, EL HOMBRE TRASTOCA EL ORDEN DEL COSMOS”.
Para Efrén, dado que no hay Redención sin Jesús, tampoco hay Encarnación sin María», dijo el papa sintetizando su teología.

Hablando al final en español, el Papa aclaró que «la presencia de Jesús en el seno de María le lleva a considerar LA ALTÍSIMA DIGNIDAD Y EL PAPEL FUNDAMENTAL DE LA MUJER».