REFLEXIONES
EN LA SEMANA SANTA
Jesús entró a Jerusalén con mucha humildad y entrega absoluta por
nosotros, como inicio de su Pasión, Muerte y Resurrección, enseñándonos en
principio el valor de una vida con sencillez al utilizar como medio de
transporte un burrito que además era prestado, es decir un medio AUSTERO, NO OSTENTOSO. Luego un grupo
de seguidores le dan una bienvenida muy cariñosa y reverente dándole vivas,
para luego, más adelante, encontrar un grupo mayor que gritaba ¡crucifíquenlo¡
la pregunta es:
¿EN CUÁL DE ESTOS DOS GRUPOS ESTAMOS?
Después que Pedro le asegura a Jesús que estará siempre con Él pase lo
que pase, lo niega tres veces, incluso muy molesto. En esos hechos, Jesús llega
a dirigir su mirada tierna y compasiva a Pedro, lo que hace que Pedro se abata
por su falta de lealtad y llore amargamente.
¿QUÉ SENTIREMOS NOSOTROS CUANDO JESÚS NOS MIRE COMO A PEDRO?
ESTA SANTIDAD QUE SE BUSCA SÓLO EN LA LLAMADA SEMANA SANTA DEBIERA SER
ALGO NATURAL DURANTE TODA NUESTRA EXISTENCIA. ESE ES EL SENTIDO DEL PLAN DE
VIDA DEL DIOS DE JESÚS.