LA
CONVERSIÓN A CRISTO ES LO QUE HACE POSIBLE MANTENER EL SENTIDO DE LA FIESTA Y
DE LA ALEGRÍA COMO CARACTERÍSTICA DE LA VIDA DEL CRISTIANO.
P. Carlos
Cardó SJ
(Mc, 2, 18-22)
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Un día en que
los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús:
"¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y
los discípulos de los fariseos?".
Jesús les
respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo
está con ellos?
Es natural que
no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará el momento en que el
esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie usa
un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo
añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande. Tampoco se
pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no
servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!".
Los fariseos están al
acecho para ver de qué pueden acusar a Jesús. Seguramente lo han visto a Él y a sus discípulos comiendo en casa del
publicano Leví. Por eso le
preguntan: Por qué razón… tus
discípulos no ayunan?
Jesús les contesta
indirectamente haciéndoles ver el significado de su presencia. Él trae
consigo la realización de aquello que se esperaba para el tiempo del Mesías. Su
venida inaugura la fiesta anunciada por los profetas: “El Espíritu del Señor está sobre mí porque
me ha ungido.
ME HA ENVIADO… PARA
CONSOLAR A LOS AFLIGIDOS…; PARA CAMBIAR SU CENIZA EN CORONA, SU LUTO EN PERFUME
DE FIESTA, SU ABATIMIENTO EN TRAJE DE GALA” (Is
61, 1.3).
Jesús dice de sí mismo
que es el novio y que
sus seguidores son los amigos del
novio. La metáfora del “novio” o del “esposo” la usaban los
profetas para designar a Dios, que se había unido a su pueblo Israel CON UNA ALIANZA DE AMOR Y FIDELIDAD.
Jesús se la aplica.
Afirma con ello que ocupa el lugar de Dios y que la antigua alianza da paso a
la nueva, que consiste ahora en vincularse a Dios presente en su persona.
La relación con Dios es
directa, la presencia de Dios se ha hecho inmediata.
Por tanto, EL PERDÓN NO DEPENDE DEL AYUNO PENITENCIAL
Y EXPIATORIO, SINO DE LA ADHESIÓN PERSONAL A JESÚS. DE ESO SE TRATA, DE
ADHERIRSE A ÉL, DE SEGUIRLO POR MEDIO DE UNA RELACIÓN DE AMISTAD (COMO AMIGOS DEL NOVIO) Y NO COMO UN
SOMETIMIENTO A NORMAS VENIDAS DEL EXTERIOR.
Jesús pasa a ser la norma
interior de vida.
SU PERSONA,
SU TAREA, SU MODO DE PROCEDER, SUS ACTITUDES E IDEALES SE CONVIERTEN EN EL
REFERENTE DEL CRISTIANO EN TODO SU COMPORTAMIENTO.
En esto consiste la
novedad que trae consigo el evangelio. Para reforzar la idea, Marcos añade dos
parábolas sobre el remiendo del vestido viejo con tela nueva, que acaba por
romperlo más, y el vino nuevo que se guarda en cueros viejos y los hace
reventar.
La advertencia es clara:
son inconciliables lo nuevo y lo viejo, es peligroso intentar acomodarlos.
LOS VALORES
DEL REINO QUE JESÚS TRANSMITE SON INCOMPATIBLES CON EL TEJIDO DE LA ANTIGUA LEY
Y RELIGIÓN.
ES
NECESARIA LA RENOVACIÓN, a la que el mismo Jesús
exhorta desde el inicio de su predicación: ¡CAMBIEN DE VIDA Y CREAN EN EL
EVANGELIO! (Mc
1, 15).
LA
CONVERSIÓN A CRISTO ES LO QUE HACE POSIBLE MANTENER EL SENTIDO DE LA FIESTA Y
DE LA ALEGRÍA COMO CARACTERÍSTICA DE LA VIDA DEL CRISTIANO.
Jesús, el Novio, nos hace
imaginar un “estado permanente de
boda”, una existencia en la que es posible experimentar de continuo el amor
incesante del Padre por nosotros, por nuestro mundo y por nuestra historia.
Además, el Novio nunca se irá. Por eso la fiesta tiene rango de valor
cristiano permanente.
TENDRÁN UNA ALEGRÍA QUE NADIE
LES PODRÁ QUITAR(Jn 16,22).
Pero hay que entenderla bien. Fruto de la
alegre noticia QUE ES EL EVANGELIO, LA
ALEGRÍA CRISTIANA NO ES SIMPLEMENTE EL SENTIMIENTO NATURAL DE OPTIMISMO, NI
MENOS AÚN EL CINISMO O FRIVOLIDAD DE QUIEN NO PERCIBE QUE HAY MUCHAS COSAS
EN EL MUNDO QUE DEBEN SER NEGADAS, SUPRIMIDAS O CAMBIADAS RADICALMENTE PORQUE
CAUSAN DOLOR Y SUFRIMIENTO.
Siempre la alegría
cristiana, más que cualquier otra virtud, puede ser mal empleada y manipulada.
Pero si es auténtica, es todo un programa de vida.
LA ALEGRÍA
DEL EVANGELIO INCLUYE AFIRMAR QUE LA VIDA HUMANA, LA PROPIA Y LA DE LOS DEMÁS,
ES DIGNA DE ACEPTACIÓN, DEBE SER RESPETADA Y SERVIDA, Y PUEDE ASÍ CONVERTIRSE
EN FUENTE DE GRATITUD.
Por eso,
no se da sin amor: LA ALEGRÍA SIN EL
INTERÉS PRÁCTICO PROPIO DEL AMOR, NO ES MÁS QUE UNA VANA ILUSIÓN; ASÍ COMO EL
AMOR, SIN LA AMABILIDAD DE LA ALEGRÍA, DEGENERA EN UN FRÍO DEBER O EN UNA
ACTITUD DE DOMINIO.
Por ahí es
por donde adquieren sentido válido y eficiente para nosotros hoy las palabras
de Jesús:
¿PUEDEN ACASO AYUNAR LOS
INVITADOS A LA BODA MIENTRAS EL NOVIO ESTÁ CON ELLOS?