PARROQUIA JESUITA, EN EL HOY DE AMÉRICA LATINA
EL POR QUÉ
LOS JESUITAS VELAN POR EL SERVICIO DE LA PASTORAL PARROQUIAL.
América
Latina, con sus más de 550 millones de habitantes, es un continente en
crecimiento urbano acelerado y joven, con una media de edad que no llega a los
20 años.
En esta
porción de nuestra Tierra, la mayoría católica alcanza más del 80% de la
población. Sin embargo, Latinoamérica es la región que tiene menos sacerdotes
por católico.
Las
necesidades y carencias pastorales son amplias y sentidas. Somos conscientes
que la solución de las amplias necesidades sociales y eclesiales existentes en
Latinoamérica, SÓLO SERÁ FRUTO DE UN
ESFUERZO DE TODA LA SOCIEDAD, DE LA QUE ES PARTE LA IGLESIA, Y QUE EL
APORTE QUE PODEMOS REALIZAR ES PEQUEÑO ANTE LA MAGNITUD DE NUESTROS PROBLEMAS.
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El carisma
que el Señor regaló a la Compañía de buscar con afán su mayor gloria, ha
suscitado en nuestras Provincias una rica variedad de servicios a nuestros
pueblos y a la Iglesia.
Entre estos,
ha florecido la pastoral parroquial.
Al
presente, la Compañía en Latinoamérica, tiene la responsabilidad pastoral en
191 parroquias, con 300 jesuitas aproximadamente, de los 3200 jesuitas que
trabajan actualmente en 2000 parroquias sembradas por todo el mundo.
El Apostolado
Parroquial, ES UN VALIOSO SERVICIO
ECLESIAL QUE “OFRECE UN CONTEXTO QUE FAVORECE LA VIDA Y SOLIDARIDAD CON LOS
POBRES” Y “EN CIERTAS CIRCUNSTANCIAS CONSTITUYE UN LUGAR ADECUADO PARA VIVIR
NUESTRA MISIÓN AL SERVICIO DE LA FE Y LA PROMOCIÓN DE LA JUSTICIA”.
San Ignacio
se mostraba reacio al trabajo parroquial porque LOS MIEMBROS DE LA COMPAÑÍA “DEBERÍAN ESTAR CADA HORA PREPARADOS PARA
DISCURRIR POR UNAS PARTES Y OTRAS DEL MUNDO”.
Una
interpretación del texto que no tomara en cuenta el contexto social y eclesial
de Ignacio, llevaría a considerar el servicio parroquial como contrario a
nuestro carisma, y por lo tanto, a los que lo ejercen, como desobedientes a nuestro
modo de proceder.
Es obvio,
que el contexto social y eclesial experimentó cambios sustanciales respecto al
momento fundacional de la Compañía.
Baste
indicar que LAS PARROQUIAS
LATINOAMERICANAS NO GOZAN DE
PREBENDAS O SUBSIDIOS DE LA MONARQUÍA.
Es más, al
presente, a diferencia de aquel tiempo, de entre nuestras obras e
instituciones, las parroquias son las que presentan más facilidad para dejarlas
y asumir otras en lugares más necesitados, ofreciendo la agilidad apostólica
tan deseada por Ignacio.
Conforme a
nuestro carisma, EL JESUITA EN LA
PARROQUIA ESTÁ LLAMADO A HACER “UNA APORTACIÓN RELEVANTE A LA VIDA DE LA MISMA”.
Por ello, SENTIMOS EL DESAFÍO DE COLABORAR CON LA
IGLESIA EN LA BÚSQUEDA DE NUEVOS MODELOS DE PASTORAL PARROQUIAL QUE AYUDEN A
MEJORAR EL SERVICIO EVANGELIZADOR AL INICIO DEL NUEVO SIGLO.
Confiados
en el Señor e iluminados por el Vaticano II, el Magisterio, particularmente
latinoamericano, hemos trabajado este
proyecto para las parroquias confiadas a los jesuitas.
ESPERAMOS CONTRIBUYA A LA CONSTRUCCIÓN DE COMUNIDADES QUE SEAN SEÑALES
CLARAS Y PROFÉTICAS DEL REINO DE DIOS Y AYUDEN AL SURGIMIENTO DE LA SOCIEDAD
SOLIDARIA.
Este
proyecto que se viene trabajando desde el año 1998 es fruto, primeramente, de
la experiencia y reflexión pastoral DE
LOS JESUITAS Y LAICOS con los que colaboran en la pastoral parroquial, y
que después de revisado presentamos ahora para orientar nuestro servicio en las
parroquias que la Iglesia ha confiado a la Compañía.
Estas
parroquias se organizan en red, RELAPAJ (Red Latinoamericana de Parroquias Jesuitas),
para buscar una mejor comunicación y ayuda mutua entre ellas.
En este artículo
no están incluidas las parroquias en zonas indígenas, pues estas son meditadas
en el sector de la pastoral indígena.
En aquel
contexto socio-eclesial, para San Ignacio, la cura de almas se oponía a la
disponibilidad apostólica del jesuita.
En este proyecto,
los Provinciales de A.L., convocan las reuniones de párrocos por asistencias en
Bogotá y Porto Alegre (1998), PARA
DINAMIZAR Y ORIENTAR el CONTEXTO
SOCIO-RELIGIOSO ACTUAL.
EL CONTEXTO
SOCIO-CULTURAL EN EL CUAL NOS DESENVOLVEMOS ESTÁ EN CONTINUO CAMBIO.
Aun los
mismos paradigmas para interpretar las realidades se modifican. Es más, estamos
en un cambio de época.
Estas
modificaciones en nuestra realidad social y religiosa entrañan la necesidad de
evaluar y repensar la labor que como jesuitas realizamos.
La Pastoral
Parroquial no es una excepción.
Realidad,
encarnación, discernimiento y evangelización:
A LA LUZ DEL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN,
EL ÁMBITO DEL UNIVERSO MATERIAL,
EL ÁMBITO DE LO HUMANO Y
SU HISTORIA DEJÓ DE SER CONSIDERADA COMO PROFANA Y VACÍA DE MISTERIO DE
SALVACIÓN.
Comprendimos
que todo el universo, que todos los pueblos y sus culturas ESTAMOS INVOLUCRADOS EN UN PROCESO HISTÓRICO SALVÍFICO DONDE
PARTICIPAMOS DE LA MISMA VIDA DIVINA (Col 1,15-18; Ef 1, 3-6).
Por ello,
la realidad cotidiana, nuestro trabajo, nuestra historia, en particular la de
los pobres, ES LUGAR DONDE ENCONTRAMOS
AL SEÑOR Y SUS INTERPELACIONES (GS, 1.4).
La
revelación nos confirma que está historia es lugar de prueba. Por ello, en la
realidad DEBEMOS DISTINGUIR LO QUE ES
PRESENCIA Y VIDA DEL SEÑOR, DE LO QUE ES AUSENCIA DE DIOS.
Por lo
tanto, CONOCER Y ANALIZAR LA REALIDAD EN
SUS ASPECTOS MÁS SIGNIFICATIVOS ES PARTE INTEGRAL DE TODA EVANGELIZACIÓN
CRISTIANA.
Por ello,
destacamos algunos rasgos sobresalientes de la misma.
A nivel
mundial: Todavía todos navegamos en un solo barco, la Tierra.
Al
presente, vivimos un fuerte proceso de globalización, EL CUAL ESTÁ CONTROLADO POR EL MERCADO CAPITALISTA NEOLIBERAL.
La
hegemonía neoliberal, marcada con frecuencia por la injusticia y la violencia,
no sólo se refiere a la economía, SINO
QUE TAMBIÉN IMPLICA FUERZAS POLÍTICAS Y TENDENCIAS CULTURALES, PROMOVIDAS
ÉSTAS POR LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
A su vez,
los avances científicos y técnicos son fuertes y acelerados.
El sistema
capitalista neoliberal ha impulsado mayor generación de bienes, mayor
interrelación entre pueblos y culturas, PERO
A LA VEZ, MAYOR INJUSTICIA Y VIOLENCIA POR LA DESIGUAL PARTICIPACIÓN DE DICHOS BIENES.
Se reconoce
que el principal problema de la humanidad actual es la pobreza. Sin embargo, es
hoy un signo esperanzador la presencia activa de hombres y mujeres en todos los
pueblos del mundo QUE SE ORGANIZAN Y
TRABAJAN EN LA BÚSQUEDA E IMPLEMENTACIÓN DE UN SISTEMA SOCIAL SOLIDARIO,
FUNDADO EN LOS DERECHOS HUMANOS, DONDE EL DERECHO A LA VIDA, CON CALIDAD DIGNA
DE PERSONAS HUMANAS, SEA REALIDAD PARA TODOS LOS HABITANTES DEL PLANETA.
A nivel
latinoamericano: América Latina, multiétnica y pluricultural, a pesar de la fe
cristiana de la gran mayoría de su población, ES UNA DE LAS REGIONES DEL MUNDO CON MAYOR INJUSTICIA Y DESIGUALDAD
SOCIAL.
La
interminable deuda externa e interna sangra gravemente a nuestros pueblos.
Las
injusticias y violencias del sistema neoliberal que padecemos son causa
principal, aunque no única, DEL
AGRAVAMIENTO DE LA ANTIGUA POBREZA, COMO DEL SURGIMIENTO DE NUEVAS POBREZAS Y
DE GRAVES LLAGAS SOCIALES COMO: LA MIGRACIÓN DE MILLONES DE SUS POBLADOS QUE SE
CONSTITUYE EN ESTE APOSTOLADO.
Este
trabajo se prosigue en las reuniones de Quito y Lima (1999), que culminan en el
1er. encuentro latinoamericano de Cochabamba (2000), después de la constitución
de la CPAL, en Nov. del 99.
Este
encuentro, que contó con la asesoría del P. Taborda S.J., aprovecha la
iniciativa de la Asistencia Sur, que sistematizó las reflexiones realizadas en
un “Perfil de las parroquias en A.L.”, y que también fue asumido por la
Asistencia Norte.
En el 2º
encuentro realizado en México (2001) se hacen nuevas observaciones, y se
encomienda al P. Roberto Oliveros S.J., recién nombrado coordinador del trabajo
parroquial en la CPAL, que incorpore dichas correcciones y ofrezca una renovada
redacción.
Este
trabajo se realiza con la ayuda de observaciones de algunos Provinciales y del
equipo central de la CPAL.
El proyecto
nuevamente se estudia críticamente en el 3er. encuentro efectuado en Recife
(2002), que contó con el aporte eclesiológico del P. Pedro Trigo S.J., y se
somete a la CPAL para su corrección y aprobación.
Desde
inicios del año 2000, la elaboración de prioridades y objetivos para la
Compañía en el hoy de América Latina fue y continúa siendo tarea central para
la CPAL.
En el
ámbito socio-económico y socio-político, la situación descrita en la Carta de
los Provinciales sobre “El Neoliberalismo en América Latina”, Cd. de México,
Nov. 1996, CONTINÚA ACTUAL Y HOY TIENE
AÚN MÁS VIGENCIA FRENTE AL CRECIENTE DETERIORO DE LA REALIDAD DESCRITA.
TRABAJADORES QUE PROVOCAN DESINTEGRACIÓN FAMILIAR; LA EXCLUSIÓN LABORAL Y
SOCIAL DE MILLONES DE PERSONAS ASÍ COMO EL CONTINUO CRECIMIENTO DE LA VIOLENCIA
Y LA DELINCUENCIA.
Es más,
asistimos a:
UN AMPLIO DEBILITAMIENTO DE VALORES HUMANOS Y RELIGIOSOS QUE AUSPICIA EL
NARCOTRÁFICO,
EL AUMENTO DE LA DELINCUENCIA COMÚN Y LA CORRUPCIÓN EN CLASES DIRIGENTES,
INSTITUCIONES Y CUERPOS GUBERNAMENTALES.
Estas
realidades desafían nuestra evangelización y nos invitan a enfrentarlas con
decisión.
ES MOTIVO DE ESPERANZA Y ALEGRÍA CONSTATAR LA EXISTENCIA DE NÚCLEOS DE
SOCIEDAD CIVIL, QUE VAN ALCANZANDO RELEVANCIA SOCIAL POR LO RECIO DE SUS
VALORES Y POR SU ARDUA LABOR EN FAVOR DE UN ORDEN SOCIAL SOLIDARIO QUE IMPLICA:
EL COMBATE AL INJUSTO EMPOBRECIMIENTO Y MISERIA DE MILLONES DE
LATINOAMERICANOS, LUCHA A FAVOR DE LA JUSTICIA,
EL COMBATE A SITUACIONES Y ESTRUCTURAS SOCIALES QUE LASTIMAN LA VIDA
HUMANA, PARTICULARMENTE DE LAS MAYORÍAS POBRES Y EXCLUIDAS, LUCHA A FAVOR DE
LOS DERECHOS HUMANOS, LA ECOLOGÍA Y LA DEMOCRACIA,
EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN Y LA
IMPUNIDAD, LUCHA A FAVOR DE LA HONESTIDAD.
Algunos rasgos de nuestra realidad eclesial:
Nuestro continente es católico mayoritariamente, a pesar de la creciente
presencia de otros movimientos religiosos. SIN
EMBARGO, LAS INJUSTICIAS SOCIALES, NOS HACEN VER QUE NO VIVIMOS LOS FRUTOS DE
ESTA PERTENENCIA A LA IGLESIA DE CRISTO.
ANTE LA CRISIS DE VALORES QUE MARCA A LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA, LA
IGLESIA CATÓLICA Y OTRAS DE LARGA TRADICIÓN, TIENDEN A PROTEGERSE ACENTUANDO LA
IMPORTANCIA DE LO INSTITUCIONAL, LO DOCTRINAL Y LO NORMATIVO.
En ese
contexto TIENDE A DISMINUIR EL DIÁLOGO
FRANCO Y ABIERTO CON LA SOCIEDAD Y DENTRO DE LA MISMA IGLESIA, CON LO CUAL CRECEN
TENDENCIAS FUNDAMENTALISTAS E INTEGRISTAS.
SE REQUIERE UNA EVANGELIZACIÓN INTEGRAL QUE CONSTRUYA UNA NUEVA FORMA DE
SER IGLESIA, que sea
fruto de la inculturación del Evangelio.
Así mismo,
con esperanza vemos la ilusión y el esfuerzo de numerosas personas:
matrimonios, jóvenes, ancianos, mujeres, indígenas, intentando dar solución a
nuestros problemas, creando comunidades cristianas en los diversos sectores
sociales e intentando crear signos del Reino de Dios entre nosotros.
La Compañía
de Jesús tiene una rica y valiosa tradición misionera, evangelizadora y
educativa en Latinoamérica.
Actualmente
estamos presentes en todos los países de Latinoamérica y el Caribe, con algunas
obras y servicios apostólicos muy estimados social y eclesialmente.
Sin
embargo, ante los desafíos globales que lanza el mundo actual a nuestra misión,
parece que ofrecemos una respuesta fragmentada, poco coordinada y coherente,
sin prioridades y objetivos comunes al conjunto del cuerpo de la Compañía.
Buenas
motivaciones no faltan. Requerimos de obras, proyectos y acciones concretas
comunes que den autenticidad y credibilidad a los principios y valores que
profesamos y proclamamos.
Breve acercamiento
a la realidad sociológica de la parroquia:
Si bien la
constitución teológica de la parroquia en estos últimos años se ha
profundizado, su dimensión sociológica ha entrado en cierta crisis.
Hemos
pasado de una sociedad de Cristiandad a otra heterogénea y pluricultural.
Además, el
reciente crecimiento poblacional y urbanización de su mayor parte, presenta
nuevos desafíos.
Es más,
algunos creen que la parroquia territorial ya no es conveniente y adecuada. EN MUCHOS LUGARES DE AMÉRICA LATINA, EL
CATOLICISMO TIENE MÁS UN TINTE SOCIOLÓGICO QUE TEOLOGAL.
LA PARTICIPACIÓN DE MUCHOS CATÓLICOS EN LAS PARROQUIAS ESTÁ MARCADA MÁS
POR LA COSTUMBRE QUE POR LA FE.
La
parroquia se constituye en un elemento cultural y respetado, PERO QUE NO INVOLUCRA LA VIDA DE LAS
PERSONAS: SE SEPARA LA FE DE LA VIDA.
La
heterogeneidad social da pie al surgimiento de diferentes pastorales
específicas y movimientos apostólicos, que en ocasiones, dificultan una
pastoral de conjunto.
Por estos y
otros problemas estamos trabajando intensamente para renovar nuestras
parroquias, profundizado teológicamente en las estructuras o niveles eclesiales
fundamentales:
Familia cristiana,
Pequeñas comunidades eclesiales,
Parroquia,
Iglesia local,
Superando así
ampliamente las meras descripciones sociológicas o administrativas de las
mismas.
Así, SE NOS ENSEÑA QUE LA FAMILIA ES “IGLESIA
DOMÉSTICA”, PRIMERA COMUNIDAD EVANGELIZADORA, LA CÉLULA PRIMERA Y VITAL DE LA SOCIEDAD.
Los
esposos, para cumplir su misión, son bendecidos y fortalecidos con el
sacramento del matrimonio, PUES “DEBEN
SER PARA SUS HIJOS LOS PRIMEROS PREDICADORES DE LA FE, MEDIANTE LA PALABRA Y EL
EJEMPLO”.
Es así que estamos
trabajando intensamente para revertir esta situación de deshumanización y hasta
de descristianización que tanto daño nos viene haciendo en el mundo.