PARÁBOLA DEL BUEN SAMARITANO
(Lc 10,
29-37)
·
Un hombre
Bajaba de Jerusalén a
Jericó
y cayó en manos de unos
asaltantes que le arrancaron la ropa,
lo golpearon sin piedad,
y se alejaron
dejándolo medio muerto
Es
una de las parábolas de la misericordia, típicas de San Lucas, que
resaltan este aspecto de la persona de Jesús.
Se
la ha visto como una «parábola», pero el propio texto no la clasifica así (cf.
Lc 12,16; 13,6. [18.20]; 15,3; 18,9; 19,11). Hay que interpretarla más bien
como un «ejemplo» (en el sentido de exemplum
en los tratados de Retórica).
Ofrece
un modelo práctico de comportamiento cristiano, con sus exigencias radicales y
el rechazo de determinadas actitudes. Su mensaje no es abstracto, no es una
analogía de la verdad espiritual; hay que verlo en el «ejemplo» propuesto, que
impacta por sí mismo.
Recursos narrativos del
episodio:
a.
la tríada de personajes: el sacerdote, el levita, el samaritano;
b.
detalles de sabor palestinense: el aceite, el vino, la
cabalgadura, la posada;
c.
estudiada ambigüedad de la respuesta que da el jurista: como buen
judío, evita hablar de un «samaritano» y se refiere a él como «el que tuvo
compasión de él».
No
ayuda a entender la narración el observar incongruencias, por ejemplo: ¿va a
poder un judío considerar a un samaritano como modelo de compasión?; ¿es
posible que un samaritano se ponga a caminar por territorio de Judea?; o ¿cómo
puede fiarse un posadero judío de un viajero samaritano?
El
mensaje de la narración se sintetiza en la respuesta que da el jurista.
«Prójimo»
es toda persona que encontremos en nuestro camino, todo aquel que pueda ser
objeto de nuestra compasión y ayuda, por encima incluso de nuestros vínculos
étnicos o de nuestras convicciones religiosas.
Las
normas sobre la impureza que se contraía al tocar un cadáver también las
observaban los samaritanos; pero no fueron obstáculo para que el protagonista
de la parábola antepusiera su compasión y su entrega a cualquier prohibición
legal que, en casos como éste, debe ser superada por la misericordia y el amor.
Pero
el sentido de la palabra «prójimo» en la pregunta del jurista es muy distinto
al que Jesús propone en su parábola. El jurista quiere saber qué significa
'prójimo' en el mandamiento de la ley 'amar al prójimo como a uno mismo'. Tanto
en la ley como en la pregunta del doctor, 'prójimo' es la persona a quien debo
amar y ayudar con un acto de misericordia.
Ciertamente
la parábola responde, de manera directa a la pregunta del jurista; tu prójimo
es el necesitado que encuentras en tu camino.
Pero
Jesús amplía el concepto y le da un
significado distinto: 'prójimo' es el que muestra benevolencia y 'cordialidad'
para con los otros. Se
ve en la pregunta que hace Jesús al final de la narración (v. 36) y en la
respuesta que, a regañadientes, da el jurista (v. 37): se amplía el horizonte y
se desenmascaran los esfuerzos del doctor por «justificarse» a sí mismo.
No
vale plantear el problema en términos legales: ¿De quién era «prójimo» la
víctima de los salteadores? ¿Del sacerdote? ¿Del levita? ¿Del samaritano? El planteamiento es al revés: ¿Quién
de ellos «se hizo prójimo»? ¿Quién de ellos se comportó como «prójimo»
del que cayó en manos de bandidos?
No
se puede decir que la parábola sea antijudía. Afirmar esto es alegorizar el
texto. Lo más importante de la narración está en la invitación final: «Anda y
haz tú lo mismo» (v
37)
Si
se exalta la figura del samaritano es por el interés de Lucas por subrayar el
universalismo del mensaje cristiano; eso es lo que le lleva a presentar a Jesús
rodeado de los seres más despreciados de la sociedad judía. La polémica entre
judaísmo y cristianismo (aun cuando pueda observarse en los evangelios) tuvo un
desarrollo posterior del primitivo catolicismo y no tiene nada que ver con las
preocupaciones del evangelista.
NOTAS EXEGETICAS
·
v
29 Queriendo justificarse
Quiere
demostrar que su pregunta era pertinente, a pesar de que la respuesta fuese tan
sencilla. Su actitud polémica se ve desde el v 25 «queriendo poner a prueba a
Jesús».
·
¿Quién es mi prójimo?
El
jurista quiere saber hasta dónde alcanza el término ‘prójimo’, hasta dónde
abarca la línea de demarcación que incluye a mi prójimo. El «ejemplo» que Jesús
propone amplía los límites establecidos por Lv 19,16 33 34
·
v
30 Jesús prosiguió diciendo
Equivale
a dar respuesta a una pregunta, = «contestó».
·
Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó
Según
Flavio Josefo (Bell IV, 8, 3), la distancia entre ambas ciudades era de 150
estadios —28 kms— por parajes «desérticos y pedregosos». Josefo habla de una
calzada romana sobre el valle de Wadi Qelt, que atraviesa el desierto de Judea
hasta el Mar Muerto. La ruta es toda de bajada, desde 800 m/snm, altitud de
Jerusalén, hasta 300 m., altitud de Jericó.
·
Jericó
La
«ciudad de las palmeras» (2 Cr 28,15) volverá a aparecer en Lc 18,35; 19,1. No
es la Jericó mencionada en el AT (Tell es-Sultan), sino la construida por
Herodes el Grande al sur de la llanura del Jordán, sobre los meandros del Wadi
Qelt.
Le asaltaron unos bandidos
Josefo
cuenta que los esenios, cuando iban de viaje, llevaban armas para protegerse de
los salteadores de caminos. Desde tiempos de San Jerónimo se ha localizado el
lugar de este asalto en «la subida de Adummim» (= «Cuestabermeja»: Jos 18,17).
·
Le arrancaron la ropa
Naturalmente, con el propósito de
robarle. Y así dejaron al pobre hombre, inconsciente y con el aspecto de un
cadáver.
·
v.
31. Coincidió
Traducción exacta sería: «por
casualidad», «por coincidencia».
·
Un sacerdote
Probablemente un
sacerdote
que, después de cumplir
su turno de servicio en el templo de Jerusalén, volvía a casa (Cf. Lc 1,5).
·
Dio un rodeo y pasó de
largo
El sacerdote al pasar de largo quiere evitar contaminarse por
contacto, o incluso por mera proximidad, con un cadáver (Cf. Nm 5,2c; 19,2-13).
Si contraía la impureza debía ofrecer una oveja o una cabra. Pero no se
contaminaba por enterrar a un pariente próximo (cf. Ez 44,25-27; Lv 5,3;
21,1-3).
·
v. 32. Un levita
De la tribu de Leví, tercer hijo de Jacob (Gn 29, 34). Los levitas
ejercían funciones secundarias en templo. Su condición fue cambiando a lo largo
de la historia. Muy pocos volvieron del exilio (cf. Esd 2,36-43), pero
consiguieron una consideración social, que les otorgaba derecho a cobrar el
diezmo de los servicios sacerdotales (cf. Neh 10,37).
·
v.
33. Un samaritano
Actúa
en contrapunto con los dos anteriores,
miembros
respetables de la comunidad judía,
que
tendrían que considerarlo prácticamente
como
un pagano.
·
Que iba de viaje
El
samaritano se encuentra fuera de su región,
Samaría,
haciendo un viaje por Judea,
precisamente
por ese mismo camino.
·
Le dio lástima
Lit.:
«se le conmovieron las entrañas». Lo que el texto sugiere es que esta actitud
del samaritano, por ser fundamentalmente humana, es esencialmente cristiana.
·
v. 34. Echándoles aceite y vino
Las provisiones que llevaba para su viaje. Era conocido el valor
terapéutico de esos dos líquidos (Sab. 19,2). El aceite suaviza el ardor de las
heridas: «La cabeza es una llaga, el corazón está agotado, de la planta del pie
a la cabeza no queda parte ilesa: llagas, cardenales, heridas recientes, no
exprimidas ni vendadas, ni aliviadas con ungüento ( = aceite)» (Is 1,5-6). En 2
Sm 16,2, el vino es «para que beban los que desfallezcan en el desierto». En el
NT el aceite sirve, ante todo, para la unción de los enfermos (cf. Mc 6,13;
Sant 5,14). El vino tiene efectos antisépticos.
·
A mi vuelta, ya te pagaré
En
la obra de Lucas el verbo empleado para «pagar» tiene dos sentidos: a) el
significado neutro de «dar», «entregar», «devolver» (cf. Lc 4,20; 9,42; 16,2;
Hch 4,33; 5,8; 7,9; 10,40); b) el significado de «restituir», «devolver
un préstamo», «cancelar una deuda» (cf. Lc 7,42; 10,35; 12,59; 19,8; 20,25).
·
v.
36. ¿Cuál de estos tres se hizo
prójimo del que cayó en manos de los bandidos?
La
traducción podría ser también: «¿Cuál de estos tres te parece que se hizo
prójimo...?» Esta contrarréplica de Jesús al jurista cambia el sentido
originario de la pregunta.
v.
37. El que tuvo compasión de él
Literalmente:
«el
que hizo misericordia con él».
·
Pues
anda y haz tú lo mismo
Es
un imperativo enfático.