sábado, 1 de julio de 2017

FORTALEZCAMOS EL PROCESO DE LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN CAMBIANDO LA ACTITUD DE LAS PERSONAS FAVORECIRNDO DECIDIDAMENTE UN COMPORTAMIENTO ÉTICO.


Es muy complicado hacer un análisis completo de la realidad nacional y sus tendencias debido a la complejidad del país y a la cercanía de los procesos electorales.
Pero a fin de definir el contexto en el cual llevaremos adelante nuestro Plan Estratégico hemos considerado una serie de apreciaciones sobre algunos aspectos resaltantes y de interés, a partir de entrevistas a líderes de opinión y expertos, trabajos realizados en los talleres regionales e información pública a la que hemos tenido acceso.

EN LO SOCIAL Y EN LO POLÍTICO  

Nuestro país necesita UNA POLÍTICA DE ESTADO CENTRADA EN LA PERSONA HUMANA, QUE FOCALICE A LARGO PLAZO SU ACCIÓN EN LA INFANCIA, SALUD Y EDUCACIÓN; ASÍ COMO EN LA PROMOCIÓN DE INVERSIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS EN INFRAESTRUCTURA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA QUE PERMITAN CONVERTIR AL PERÚ EN UN PAÍS QUE GENERE VALOR AGREGADO, Y CONSOLIDE LAS POLÍTICAS ESPECÍFICAS Y COYUNTURALES DE LOS ÚLTIMOS GOBIERNOS EN INSTRUMENTOS EFECTIVOS DE DESARROLLO AUTÉNTICO E INTEGRAL.

DESCENTRALIZACIÓN

Con el proceso de descentralización en marcha se ha transferido a los gobiernos regionales gran parte de las competencias que tradicionalmente le correspondían al gobierno central, y se instituyeron nuevos mecanismos DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LA FORMULACIÓN DE LOS PLANES DE DESARROLLO, EN LA ELABORACIÓN PRESUPUESTARIA Y EN LA RENDICIÓN DE CUENTAS.

Aún se encuentra en proceso:

ü La adecuación de los sistemas administrativos,
ü El fortalecimiento y desarrollo de capacidades y
ü La generación de información sobre la gestión pública en los gobiernos regionales.

Se hace necesario:

Un liderazgo político decidido que apoye el fortalecimiento del proceso de desarrollo de capacidades en los gobiernos locales y regionales,
La concientización de la población, para lograr la construcción de una sociedad democrática, inclusiva y descentralizada.

GOBERNABILIDAD

El concepto de gobernabilidad está referido al conjunto de relaciones entre las instituciones formales e informales de una sociedad, QUE DEFINEN EL MODO EN QUE ES EJERCIDA LA AUTORIDAD Y EL PODER EN UN DETERMINADO PAÍS.

Algunas de las dimensiones de la gobernabilidad son:

Estabilidad política y ausencia de violencia,
Procesos participativos de toma de decisiones,
Rendición de cuentas;
Responsabilidad y efectividad del gobierno;
Representatividad de las autoridades;
Estado de derecho y control de la corrupción.

El debilitamiento del Estado, observado a lo largo de los años, ha sido producto de múltiples factores: económicos, políticos, ideológicos e institucionales.

Ello explica la escasa confianza y credibilidad de la población en las instituciones públicas.

Otro elemento que afecta la gobernabilidad es la percepción generalizada de corrupción.

ÉTICA Y CORRUPCIÓN

En el momento actual percibimos el grave deterioro de ciertos valores elementales de la sociedad, TALES COMO HONESTIDAD, VERACIDAD Y RESPETO A LA LEY Y AL ORDEN.

Asimismo, observamos muy extendida la desconfianza de los ciudadanos respecto de las instituciones oficiales y de las autoridades públicas del país.

La corrupción política en el país ha sido fortalecida POR EL PREDOMINIO DE ALGUNOS REGÍMENES AUTORITARIOS Y UNA FRÁGIL ORGANIZACIÓN DE LA SOCIEDAD CIVIL.

Para lograr una gestión más transparente es necesario:
ü El funcionamiento adecuado de instituciones democráticas;
ü Una prensa independiente y con acceso a la información relacionada con el ejercicio del poder y las actividades gubernamentales;
ü Órganos de control en cada entidad gubernamental y
ü La consolidación del sistema de justicia.

Para fortalecer el proceso de lucha contra la corrupción SE REQUIERE CAMBIAR LA ACTITUD DE LAS PERSONAS Y FAVORECER DECIDIDAMENTE UN COMPORTAMIENTO ÉTICO.


Este proceso se basa en la implementación de una adecuada educación cívica y formación en valores a nivel escolar, lo que implicaría una revisión de los planes y currículos escolares. 

“MOSTREMOS, CON NUESTRAS VIDAS, QUE EL AMOR ES LA ÚNICA FUERZA QUE PUEDE CONDUCIR A LA PERFECCIÓN PERSONAL Y SOCIAL Y MOVER LA HISTORIA HACIA EL BIEN.”

MOSTREMOS, CON NUESTRAS VIDAS, QUE EL AMOR ES LA ÚNICA FUERZA  QUE PUEDE CONDUCIR A LA PERFECCIÓN PERSONAL Y SOCIAL Y MOVER LA HISTORIA HACIA EL BIEN.”



También en lo que respecta a la cuestión social se debe evitar “la ingenua convicción de que haya una fórmula mágica para los grandes desafíos de nuestro tiempo.

No, no será una fórmula lo que nos salve, PERO SÍ UNA PERSONA y la certeza que ella nos infunde: ¡YO ESTOY CON USTEDES!
Y no se trata, pues, de inventar un nuevo programa. EL PROGRAMA YA EXISTE.
Es el de siempre, recogido por el Evangelio y la Tradición viva.
SE CENTRA, EN DEFINITIVA, EN CRISTO MISMO, AL QUE HAY QUE CONOCER, AMAR E IMITAR, PARA VIVIR EN ÉL LA VIDA TRINITARIA Y TRANSFORMAR CON ÉL LA HISTORIA HASTA SU PERFECCIONAMIENTO EN LA JERUSALÉN CELESTE.”.

CON UNA ESPERANZA SÓLIDA.

La Iglesia enseña al hombre QUE DIOS LE OFRECE LA POSIBILIDAD REAL DE SUPERAR EL MAL Y DE ALCANZAR EL BIEN.

El Señor ha redimido al hombre, lo ha rescatado a caro precio (cf. Cor.6, 20). El sentido y el fundamento del compromiso cristiano en el mundo DERIVAN DE ESTA CERTEZA, CAPAZ DE ENCENDER LA ESPERANZA, A PESAR DEL PECADO QUE MARCA PROFUNDAMENTE LA HISTORIA HUMANA: LA PROMESA DIVINA GARANTIZA QUE EL MUNDO NO PERMANECE ENCERRADO EN SÍ MISMO, SINO ABIERTO AL REINO DE DIOS.

La Iglesia conoce los efectos del misterio de la impiedad (2 Tes.2, 7), pero sabe también que “HAY EN LA PERSONA HUMANA SUFICIENTES CUALIDADES Y ENERGÍAS, Y HAY UNA BONDAD FUNDAMENTAL (cf. Gen.1,31), PORQUE ES IMAGEN DE SU CREADOR, PUESTA BAJO EL INFLUJO REDENTOR DE CRISTO, CERCANO A TODO HOMBRE, Y PORQUE LA ACCIÓN EFICAZ DEL ESPÍRITU SANTO LLENA LA TIERRA (Sab 1,7)”.

De este modo, LA ESPERANZA CRISTIANA CONFIERE UNA FUERTE DETERMINACIÓN AL COMPROMISO EN EL CAMPO SOCIAL, INFUNDIENDO CONFIANZA EN LA POSIBILIDAD DE CONSTRUIR UN MUNDO MEJOR, sabiendo bien que NO PUEDE EXISTIR UN “PARAÍSO PERDURABLE AQUÍ EN LA TIERRA”.

La finalidad inmediata de la doctrina social es LA DE PROPONER LOS PRINCIPIOS Y VALORES QUE PUEDEN AFIANZAR UNA SOCIEDAD DIGNA DEL HOMBRE.

Entre estos principios, el de la SOLIDARIDAD en cierta medida comprende todos los demás:

Este constituye uno de los principios básicos de la concepción cristiana de la organización social y política.

Este principio está iluminado por el primado de la caridad que es signo distintivo de los discípulos de Cristo (cf. Jn. 13, 35).

Jesús nos enseña que la ley fundamental de la perfección humana, y, por tanto, de la transformación del mundo, ES EL MANDAMIENTO NUEVO DEL AMOR (cf. Mt. 22, 40; Jn. 15, 12; Col. 3, 14; Stgo. 2, 8).

El comportamiento de la persona es plenamente humano CUANDO NACE DEL AMOR, MANIFIESTA EL AMOR Y ESTÁ ORDENADO AL AMOR.

Esta verdad vale también en el ámbito social: es necesario QUE LOS CRISTIANOS SEAN TESTIGOS PROFUNDAMENTE CONVENCIDOS Y SEPAN MOSTRAR, CON SUS VIDAS, QUE EL AMOR ES LA ÚNICA FUERZA (cf. 1Cor 12,31-14,1) QUE PUEDE CONDUCIR A LA PERFECCIÓN PERSONAL Y SOCIAL Y MOVER LA HISTORIA HACIA EL BIEN.”

Para plasmar una sociedad más humana, más digna de la persona, ES NECESARIO REVALORIZAR EL AMOR EN LA VIDA SOCIAL –A NIVEL POLÍTICO, ECONÓMICO, CULTURAL–, HACIÉNDOLO LA NORMA CONSTANTE Y SUPREMA DE LA ACCIÓN.

Si la justicia “es de por sí apta para servir de árbitro entre los hombres en la recíproca repartición de los bienes objetivos según una medida adecuada, EL AMOR, EN CAMBIO, Y SOLAMENTE EL AMOR (TAMBIÉN ESE AMOR BENIGNO QUE LLAMAMOS MISERICORDIA) ES CAPAZ DE RESTITUIR EL HOMBRE A SÍ MISMO”.

POR ELLO, SÓLO LA CARIDAD PUEDE CAMBIAR COMPLETAMENTE AL HOMBRE