martes, 12 de enero de 2016

TODOS SOMOS PASIBLES DE LA MISERICORDIA DE DIOS.



Frente a Pilato, Jesús demuestra aquella autoridad que causaba admiración a sus contemporáneos y que sólo de Dios le ponía venir.

No responde directamente a las cuestiones que el gobernador romano le presenta, sino que expone el sentido de su realeza:
LA SUYA NO ES LA REALEZA DE LOS EMPERADORES ROMANOS, DE CONTENIDO SIMPLEMENTE POLÍTICO; NI LA QUE ESPERABAN LOS JUDÍOS, CENTRADA EN LA SOBERANÍA DE ISRAEL SOBRE SUS ENEMIGOS.

Jesús no es rey como los reyes de este mundo.
“Mi reino no es de este mundo”, dice.

Pero con ello NO afirma que su influencia se limita ÚNICAMENTE AL MUNDO INTERIOR DE LAS PERSONAS, sino que su reinado funciona y TIENE UNOS INTERESES DIAMETRALMENTE DISTINTOS A LA FORMA DE SER REY que piensa Pilato.

JESÚS REINA EN EL MUNDO TRANSFORMÁNDOLO RADICALMENTE EN LA VERDAD Y LA JUSTICIA, Y SE REALIZA TAMBIÉN EN LAS PERSONAS, CAMBIANDO LOS CORAZONES.

Ya desde el comienzo de su historia, Israel reconoció a Yahvé como el único rey y Señor.

Toda la esperanza de Israel se fue centrando con el correr de los siglos en una acción de Dios, que cumpliría EL ANHELADO IDEAL DE UNA SOCIEDAD CON JUSTICIA, PAZ Y SEGURIDAD, poniendo fin a toda necesidad y tribulación


Y al final de la era del antiguo testamento, durante la dominación griega, los libros de Daniel, Sabiduría y Macabeos, CONCIBIERON EL REINADO DE DIOS COMO RUPTURA CON LA HISTORIA ANTIGUA DE DESGRACIAS Y EL INICIO DE UNA NUEVA ERA CON ENTREGA DE LA SOBERANÍA AL ISRAEL REDIMIDO.          

A partir de entonces, LA IDEA DEL REINO DE DIOS SE TRADUCÍA A LA LIBERACIÓN DEL PODER EXTRANJERO, JUICIO CONTRA LA GENTE FUNESTA, VENGANZA CONTRA LOS PAGANOS Y ENTONCES SURGIERON MOVIMIENTOS ARMADOS CONTRA EL PODER EXTRANJERO ENEMIGO DE DIOS.

Jesús presentó como como una realidad futura, la venida del reino de Dios, que hay que pedir como algo que ya estaba actuando en el presente en su persona y en su obra:
Si yo expulso los demonios con el poder de Dios, ENTONCES ES QUE                   EL REINO DE DIOS HA LLEGADO A USTEDES. Nadie había proclamado esto.

Las acciones milagrosas que Jesús realiza en favor de los enfermos y de los más necesitados son signos de la llegada del reino, QUE RESTAURA LA CREACIÓN.

No hay un derrumbamiento catastrófico de este mundo, SINO UNA RESTAURACIÓN RADICAL DE LAS RELACIONES DE LOS HOMBRES CON EL MUNDO, CON EL PRÓJIMO Y CON DIOS, un nuevo orden en santidad y justicia, algo por tanto que la acción humana por sí sola no puede lograr.

Pero hay algo en la predicación y en la actitud de Jesús que es fundamental para entender el reino de Dios, el cual se abre paso COMO EL AMOR Y SOLICITUD INCONDICIONAL DE DIOS POR LOS DESCARRIADOS.

Los judíos sabían bien que Dios perdona y que no quiere la muerte del descarriado sino que se convierta, PERO SE HABÍA IMPUESTO LA IDEA DE LA VENGANZA, Y SE CREÍA EN EL CASTIGO DIVINO.

JESÚS IGNORA LA VENGANZA CONTRA LOS PECADORES Y LOS GENTILES, RECHAZA LA DIVISIÓN JUSTO-INJUSTO  PORQUE TODOS SON VULNERABLES A LA MALDAD Y PUEDEN SER OBJETO DE LA MISERICORDIA DE DIOS.

La salvación es ofrecida a todos, la bondad de Dios irrumpe y se extiende a todos, ESPECIALMENTE A LOS POBRES.

Jesús hizo presente esa bondad de Dios mediante su propia vida en favor de los demás.

La imagen del Dios perdonador para con todos los perdidos, se pone de manifiesto –para escándalo de muchos– en el gesto de Jesús de sentarse a la mesa con ellos COMO ANTICIPO DE LA ALEGRÍA DEL REINO.

Esa bondad de Dios escandaliza a los piadosos, que hacían depender el perdón y salvación de la conversión previa y el cumplimiento de la Ley. SE CREÍAN APARTE DE LOS QUE HACÍAN DAÑO.

ACOJAMOS EL DON DEL AMOR QUE DIOS NOS OFRECE PARA QUE REINE EN NUESTROS CORAZONES.

CONSTRUYAMOS EN ESTA TIERRA, LO QUE DIOS NOS HA CONFIADO, UN HOGAR PARA TODOS.

Sabemos que la transformación de la sociedad como fruto de NUESTROS ESFUERZOS no equivale a la  salvación plena que Cristo nos promete, pero reconocemos con el Vaticano II que “TODO LO QUE CONTRIBUYE A ORDENAR MEJOR LA SOCIEDAD HUMANA, INTERESA MUCHÍSIMO AL REINO DE DIOS.

EL REINO YA ESTÁ PRESENTE EN ESTA TIERRA, PERO CUANDO EL SEÑOR VENGA ENTONCES SERÁ CONSUMADO”.
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