domingo, 22 de mayo de 2016

PADRE FRANCISCO NAVARRO SJ

PADRE FRANCISCO NAVARRO SJ

En este día tan especial para todos nosotros, aniversario de su natalicio, no podemos dejar de darle muestras de agradecimiento por la gran obra misionera en la cual se encuentra usted abocado para no sólo sostenernos como discípulos de Cristo,  sino también como misioneros.

Pero lo singular de su magisterio, padre Francisco, es habernos enseñado que las diversas expresiones artísticas creadas por la especie humana debemos apreciarlas y amarlas.

Porque el arte es una de las formas trascendentales de conocimiento que enriquecen nuestras perspectivas de apreciación y valoración de la realidad.

Asimismo, ahora sabemos que estas expresiones artísticas nos ayudan a afirmarnos como seres humanos y es por eso que en nuestro proceso educativo integral, la promoción, afirmación y crecimiento del sentido estético no pueden estar ausentes, porque se estarían mutilando una de las dimensiones más características de la persona.

Padre Francisco, nos ha enseñado que toda creación artística debe perdurar para el deleite de las próximas generaciones por siempre.

Y que el arte se ha constituido en un factor de identidad e identificación de las culturas de los pueblos.

Asimismo, ahora sabemos que las obras artísticas conforman la cadena testimonial más singular y profunda de la historia del proceso de humanización, habiendo heredado de civilizaciones antiguas desaparecidas, un legado artístico que se ha convertido en una huella indeleble de sus afanes por dignificar su residencia en nuestro planeta.

También tenemos que agradecerle padre Francisco la práctica y apreciación del arte, porque nos despierta, nos desarrolla, nos afirma y nos afina las capacidades de observación y expresión de la realidad, de su mejoramiento o de su transformación, facilitando así la formación de buenos ciudadanos.

También nos ha enseñado que  no tratemos el arte como actividad no utilitaria, de adorno o solaz gratuito, sino como un auxiliar de primer orden en nuestro enriquecimiento espiritual.

El Señor lo eligió para construir hombres nuevos y un mundo nuevo desde un humanismo abierto a Dios.

Y es por eso  que cada vez somos más sus seguidores. Y no podía ser de otra manera ya que usted posee virtudes ejemplares que lo hacen excepcional, y por tanto está usted trascendiendo en la historia de la humanidad.

Jesucristo le está diciendo permanentemente : Eres mi Amigo, y eso es lo que le da aliento y lo reconforta frente a su angustia de ver la tragedia del hombre concreto en nuestros campos y en nuestras ciudades, agobiados por la miseria, el hambre, las enfermedades, el desempleo y la pérdida de los valores morales.

Sabemos del rechazo que sacude su corazón, el ansia inmoderada y cruel de los hombres por el tener, por el poder y por el placer.

Pero Cristo que esta con todos nosotros como amigo; sabe lo que significa usted para nuestra Iglesia y los sacrificios de su misión como testigo de la fé y servidor de nuestra comunidad.

Vivimos más tristes que alegres, mas angustiados que serenos en esta áspera realidad en la cual vemos todos los días cómo se autodestruye el hombre y destruye a sus próximos.

Ahora, gracias a usted sabemos que somos proyectos no acabados, y eso debe ser suficiente para vivir de un modo que nos permita llegar a ser una gran familia reconciliada.

Padre Francisco, admiramos su empeño en alcanzar una renovada floración de fecundidad en cada laico, en cada movimiento apostólico, en cada familia, en la defensa de la dignidad del hombre y de sus derechos inalienables, en la moralización de la vida pública; entre muchos otros propósitos que usted se ha fijado.

En ese sentido, nosotros debemos renovar nuestra entrega a Cristo, trabajando sin desmayo en la elevación del hombre y en su liberación del mal y de la injusticia.

Porque ser cristiano es un estilo de vida, una conducta social, es una existencia cotidiana que busca la justicia, la perfección y la integridad del hombre, impulsando la acción constructiva mucho más allá de cualquier ideología.

Usted nos ha enseñado que es manso el que vive con Dios, y no se trata de cobardía, sino del auténtico valor espiritual de quien sabe enfrentarse al mundo hostil sin ira y sin violencia, sino más bien con benignidad y amabilidad; venciendo el mal con el bien, buscando lo que une y no lo que divide, lo positivo y no lo negativo para poseer así la Tierra y construir en ella la civilización del amor.

Todo esto implica ser pobres de espíritu, ya que así estaremos más abiertos a Dios, a sus maravillas, y a los hombres, dispuestos a aceptar ese don desde lo alto, que proviene del mismo Dios.

Hemos aprendido también, que la propuesta de Jesús, acorde con el Plan de Dios, tiene como propósito nuestra realización plena, colaborando en la construcción de un mundo mejor. Esto, es lo que da verdadero sentido a nuestras vidas.

Gracias a usted Padre Francisco, ahora nos damos cuenta que ese ser real: El Dios de Jesús,  nos quiere dar una infinita compañía sosegadora, la cual nos dará la posesión entera y perfecta de nuestras vidas sobre la base de una fé sólida e inagotable.

Así mismo, si no nos sentimos vulnerables, ni somos conscientes que necesitamos a los demás, no podremos nunca estar en armonía con la sociedad.

En este sentido, la justicia debemos defenderla con rigor, intensidad y vitalidad, ya que sólo así daremos testimonio de nuestra lucha por la paz.

También nos ha enseñado que la manera de evitar caer en una vida mundana es protegernos con la Sabiduría, la cual no debe quedarse sólo en una vida con ética y moral sino en una vida con  caridad,  misericordia y  perdón a nuestros hermanos.

´´TENEMOS DERECHO A VIVIR, PERO TAMBIÉN TENEMOS DEBER DE HACER VIVIR A OTROS``

Vemos morir, vemos sufrir, es así que sabemos que se está acercando nuestra propia muerte y nuestro propio sufrimiento.

Estas son sólo algunas muestras de las hermosas enseñanzas que usted nos ha dado, pero queremos terminar  diciendo que nos ha aconsejado que recuperemos nuestra dimensión contemplativa y reflexiva para que conozcamos nuestro actual modo de vivir en  relación a la proposición de Jesucristo que nos invitó a vivir con justicia, con verdad, con solidaridad, afecto y amor; y por eso le decimos Padre Francisco : renueve vuestro optimismo, su esperanza no quedará defraudada, ¡Cristo lo acompaña para convertir a los hombres en criaturas Nuevas!

Le  agradecemos infinitamente ese ánimo sacerdotal, esa valentía de anunciar el mensaje de fé, justicia y amor.
     
        ¡MUCHAS FELICIDADES PADRE FRANCISCO¡

Ronald Lacunza Tello

15.09.15

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