UNA REFLEXIÓN SOBRE EL VOLUNTARIADO
Qué bonito
es saber que podemos ayudar en superar desigualdades sociales, evitar el surgimiento de nuevas
pobrezas y de graves llagas sociales como: la migración de millones de gentes
de sus pueblos, que es parte de este
apostolado.
Enfrentemos
el desafío del creciente deterioro de la realidad, esforzándonos
por ser otros cristos, dando señales
claras para encontrar al Señor que es presencia y vida digna, solidaria, obras
que se convertirán en motivo de
esperanza y alegría trabajando en
favor de un orden social solidario que implica:
ü El combate
al injusto empobrecimiento y miseria de millones,
ü El combate
a situaciones y estructuras sociales que lastiman la vida humana,
particularmente de las mayorías pobres y excluidas,
El Señor ha
de querer que podamos ver los frutos de esta labor que revela al Cristo de la
fe en nuestra comunidad.
Con
tenacidad alcanzaremos relevancia social
por lo recio de nuestros valores y por nuestra
ardua labor.
Con
esperanza vemos la ilusión y el esfuerzo de numerosas personas: matrimonios,
jóvenes, ancianos, mujeres, indígenas, intentando dar solución a la creciente
deshumanización en el mundo, creando comunidades cristianas en los diversos
sectores sociales y ambicionando crear
signos del Reino de Dios entre nosotros.
Se requiere una evangelización
integral que construya una nueva forma de ser iglesia, que sea fruto de la
inculturación del Evangelio en nuestros pueblos.
Su
dimensión sociológica ha entrado en cierta crisis.
Hemos
pasado de una sociedad de Cristiandad a otra heterogénea y pluricultural.
El catolicismo tiene más un tinte sociológico que teologal.
Las parroquias están marcadas más por la costumbre que por la fe.
La
parroquia se constituye en un elemento cultural y respetado, pero que no involucra la vida de las
personas: se separa la fe de la vida.
Se hace
necesario profundizar teológicamente en las estructuras o niveles eclesiales
fundamentales:
Familia cristiana,
Pequeñas
comunidades eclesiales,
Parroquia,
Iglesia
local,
Superando así ampliamente las meras descripciones sociológicas o
administrativas de las mismas.
La
heterogeneidad social da pie al surgimiento de diferentes pastorales
específicas y movimientos apostólicos, que en ocasiones, dificultan una
pastoral de conjunto.
LA FAMILIA ES “IGLESIA DOMÉSTICA”, PRIMERA COMUNIDAD EVANGELIZADORA, LA CÉLULA PRIMERA
Y VITAL DE LA SOCIEDAD.
“DEBEN SER PARA SUS HIJOS LOS PRIMEROS PREDICADORES DE LA FE, MEDIANTE LA
PALABRA Y EL EJEMPLO”.
FELICITACIONES Y GRATITUD A
TODAS USTEDES.
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