ES UN DEBER FUNDAMENTAL HACIA DIOS, HACIA
SÍ MISMOS, HACIA LA FAMILIA Y HACIA LA SOCIEDAD LA TRANSMISIÓN DEL DON DE LA
VIDA HUMANA.
CARÍTAS.
“Dios, con la
creación del hombre y de la mujer a su imagen y semejanza, corona y lleva a
perfección la obra de sus manos; LOS
LLAMA A UNA ESPECIAL PARTICIPACIÓN EN SU AMOR Y AL MISMO TIEMPO EN SU PODER DE
CREADOR Y PADRE, MEDIANTE SU COOPERACIÓN LIBRE Y RESPONSABLE EN LA TRANSMISIÓN
DEL DON DE LA VIDA HUMANA LA PATERNIDAD Y MATERNIDAD RESPONSABLES
Y Dios los bendijo diciendo: Sean fecundos,
multiplíquense, llenen la tierra y sométanla (Gen 1,28).
Así, el
cometido fundamental de la familia es EL
SERVICIO A LA VIDA, EL REALIZAR A LO LARGO DE LA HISTORIA LA BENDICIÓN ORIGINAL
DEL CREADOR, transmitiendo en la generación la imagen divina de hombre a
hombre. (Cf. Gen 5,1-3)”.
De este modo
la familia contribuye de modo eminente al bien social por medio DE LA PATERNIDAD Y MATERNIDAD
RESPONSABLES, formas peculiares de la especial participación de los
cónyuges en la obra creadora de Dios.
Ésta debe
llevar a una generosa acogida de la vida.
Las
motivaciones que deben guiar a los esposos en el ejercicio responsable de la
paternidad y maternidad DERIVAN DEL
PLENO RECONOCIMIENTO DE LOS PROPIOS DEBERES HACIA DIOS, HACIA SÍ MISMOS, HACIA
LA FAMILIA Y HACIA LA SOCIEDAD. .
En cuanto a
los medios relativos a la procreación responsable se han de rechazar como
moralmente ilícitos:
El aborto,
La
esterilización,
La
contracepción en sus diversas formas,
La
inseminación artificial,
La fecundación
in vitro,
La eugenesia y
La clonación,
enumeradas entre las técnicas más conocidas, aunque la enumeración podría
alargarse mucho más.
Son, además,
moralmente condenables, como atentados a la dignidad de las personas y las
familias, los programas de ayuda económica destinados A FINANCIAR CAMPAÑAS DE ESTERILIZACIÓN Y ANTICONCEPCIÓN O SUBORDINADOS
A LA ACEPTACIÓN DE DICHAS CAMPAÑAS.
“En varias
partes del mundo persisten prácticas de control demográfico por parte de los
gobiernos, que con frecuencia difunden
la contracepción y llegan incluso a imponer también el aborto.
En los países
económicamente más desarrollados, LAS
LEGISLACIONES CONTRARIAS A LA VIDA ESTÁN MUY EXTENDIDAS Y HAN CONDICIONADO YA
LAS COSTUMBRES Y LA PRAXIS, CONTRIBUYENDO A DIFUNDIR UNA MENTALIDAD
ANTINATALISTA, QUE MUCHAS VECES SE TRATA DE TRANSMITIR TAMBIÉN A OTROS
ESTADOS COMO SI FUERA UN PROGRESO CULTURAL”.
El Santo Padre
nos advierte que “algunas organizaciones no gubernamentales, además, DIFUNDEN EL ABORTO, PROMOVIENDO A VECES EN
LOS PAÍSES POBRES LA ADOPCIÓN DE LA PRÁCTICA DE LA ESTERILIZACIÓN, INCLUSO EN
MUJERES A QUIENES NO SE PIDE SU CONSENTIMIENTO.
Por añadidura,
existe la sospecha fundada de que, en ocasiones, LAS AYUDAS AL DESARROLLO SE CONDICIONAN A DETERMINADAS POLÍTICAS
SANITARIAS QUE IMPLICAN DE HECHO LA IMPOSICIÓN DE UN FUERTE CONTROL DE LA
NATALIDAD.
Preocupan
también tanto las legislaciones que aceptan la eutanasia como las presiones de
grupos nacionales e internacionales QUE
REIVINDICAN SU RECONOCIMIENTO JURÍDICO”.
Debemos
mencionar con firmeza que “LA APERTURA A
LA VIDA ESTÁ EN EL CENTRO DEL VERDADERO DESARROLLO.
CUANDO UNA SOCIEDAD SE ENCAMINA HACIA LA NEGACIÓN Y
LA SUPRESIÓN DE LA VIDA, ACABA POR NO ENCONTRAR LA MOTIVACIÓN Y LA ENERGÍA
NECESARIAS PARA ESFORZARSE EN EL SERVICIO DEL VERDADERO BIEN DEL HOMBRE.
SI SE PIERDE LA SENSIBILIDAD PERSONAL Y SOCIAL PARA
ACOGER UNA NUEVA VIDA, TAMBIÉN SE MARCHITAN OTRAS FORMAS DE ACOGIDA
PROVECHOSAS PARA LA VIDA SOCIAL”.
La familia tiene una
importancia también vital para la persona.
En esta cuna
de la vida y del amor, el hombre nace y crece.
Cuando nace un
niño, la sociedad recibe el regalo de una nueva persona, que está “LLAMADA, DESDE LO MÁS ÍNTIMO DE SÍ, A LA
COMUNIÓN CON LOS DEMÁS Y A LA ENTREGA A LOS DEMÁS.”
En la familia,
por tanto, la entrega recíproca del hombre y de la mujer, unidos en matrimonio.
La familia,
comunidad natural en donde se experimenta la sociabilidad humana, contribuye en
modo único e insustituible al bien de la sociedad.
La comunidad
familiar nace de la comunión de las personas: “La «comunión» se refiere a la
relación personal entre el «yo» y el «tú».
La
«comunidad», en cambio, supera este esquema apuntando hacia una «sociedad», un
«nosotros».
La familia,
comunidad de personas, es, por consiguiente, la primera «sociedad» humana”.
EL SER HUMANO HA SIDO CREADO PARA AMAR Y NO PUEDE
VIVIR SIN AMOR.
El amor,
cuando se manifiesta en el don total de dos personas en su complementariedad, NO PUEDE LIMITARSE A EMOCIONES O
SENTIMIENTOS, Y MUCHO MENOS A LA MERA EXPRESIÓN SEXUAL.
Una sociedad QUE TIENDE A RELATIVIZAR Y A BANALIZAR CADA
VEZ MÁS LA EXPERIENCIA DEL AMOR Y DE LA SEXUALIDAD EXALTA LOS ASPECTOS
EFÍMEROS DE LA VIDA Y OSCURECE LOS VALORES FUNDAMENTALES.
Por ello se
hace más urgente que nunca anunciar y testimoniar que la verdad del amor y de
la sexualidad conyugal SE ENCUENTRA ALLÍ
DONDE SE REALIZA LA ENTREGA PLENA Y TOTAL DE LAS PERSONAS CON LAS
CARACTERÍSTICAS DE LA UNIDAD Y DE LA FIDELIDAD.
Ha de afirmarse
la prioridad de la familia respecto a la sociedad y al Estado.
La familia, al
menos en su función procreativa, es la condición misma de la existencia de
aquellos.
En las demás
funciones en pro de cada uno de sus miembros, LA FAMILIA PRECEDE, POR SU IMPORTANCIA Y VALOR, A LAS FUNCIONES QUE
LA SOCIEDAD Y EL ESTADO DEBEN DESEMPEÑAR.
LA FAMILIA, SUJETO TITULAR DE DERECHOS INVIOLABLES,
ENCUENTRA SU LEGITIMACIÓN EN LA NATURALEZA HUMANA Y NO EN EL RECONOCIMIENTO
DEL ESTADO.
LA FAMILIA NO ESTÁ, POR LO TANTO, EN FUNCIÓN DE LA
SOCIEDAD Y DEL ESTADO, SINO QUE LA SOCIEDAD Y EL ESTADO ESTÁN EN FUNCIÓN DE
LA FAMILIA.
En
contraposición a este principio, la introducción del DIVORCIO en las legislaciones
civiles HA ALIMENTADO UNA VISIÓN
RELATIVISTA DE LA UNIÓN CONYUGAL Y SE HA MANIFESTADO AMPLIAMENTE COMO UNA
«VERDADERA PLAGA SOCIAL».
Las familias,
lejos de ser sólo objeto de la acción política, pueden y deben ser sujeto de
esta actividad, MOVILIZÁNDOSE PARA
“PROCURAR QUE LAS LEYES Y LAS INSTITUCIONES DEL ESTADO NO SÓLO NO OFENDAN, SINO
QUE SOSTENGAN Y DEFIENDAN POSITIVAMENTE LOS DERECHOS Y DEBERES DE LA
FAMILIA.
En este
sentido, las familias DEBEN CRECER EN LA
CONCIENCIA DE SER «PROTAGONISTAS» DE LA LLAMADA «POLÍTICA FAMILIAR» Y ASUMIR LA
RESPONSABILIDAD DE TRANSFORMAR LA SOCIEDAD”.
El matrimonio,
tiene su fundamento en la familia, Y LA
FAMILIA TIENE SU FUNDAMENTO EN LA LIBRE VOLUNTAD DE LOS CÓNYUGES DE UNIRSE EN
MATRIMONIO, RESPETANDO EL SIGNIFICADO Y LOS VALORES PROPIOS DE ESTA
INSTITUCIÓN, QUE NO DEPENDE DEL HOMBRE, SINO DE DIOS MISMO.
La institución
matrimonial, “fundada por el Creador y en posesión de sus propias leyes promueve
la íntima comunidad conyugal de vida y amor”, NO ES UN EFECTO DE CONVENCIONES HUMANAS O IMPOSICIONES LEGISLATIVAS,
SINO QUE DEBE SU ESTABILIDAD AL ORDENAMIENTO DIVINO.
Ningún poder
puede abolir el derecho natural al matrimonio ni modificar sus características
ni su finalidad, YA QUE EL MATRIMONIO
TIENE SUS CARACTERÍSTICAS PROPIAS ORIGINARIAS Y PERMANENTES.
Ni la
sociedad, ni el Estado, ni aun los propios esposos, PUEDEN DISPONER DEL VÍNCULO MATRIMONIAL CON EL CUAL LOS ESPOSOS SE
PROMETEN FIDELIDAD, ASISTENCIA RECÍPROCA Y APERTURA A LOS HIJOS.
El matrimonio
tiene como rasgos característicos:
La totalidad,
en virtud de la cual SE ENTREGAN
RECÍPROCAMENTE EN TODOS LOS ASPECTOS DE LA PERSONA, FÍSICOS Y ESPIRITUALES;
LA UNIDAD, QUE LOS HACE “UNA
SOLA CARNE” (GEN 2,24);
LA INDISOLUBILIDAD Y LA FIDELIDAD, QUE EXIGEN LA
DONACIÓN RECÍPROCA Y DEFINITIVA; Y
LA FECUNDIDAD, A LA QUE NATURAL, GENEROSA Y
RESPONSABLEMENTE ESTÁ ABIERTO EL MATRIMONIO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario