¿PERTENECES A JESÚS? ¿HAZ ENTREGADO “TODO TU HABER Y POSEER” PORQUE ES
EL CENTRO DE TU VIDA?
P. Carlos
Cardó, SJ
Si piden algo al Padre, se lo concederá (Jn 16, 23b-28)
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Yo les aseguro: cuanto pidan al Padre en mi nombre, se lo concederá.
Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre.
Pidan y recibirán, para que su alegría sea
completa.
Les he dicho estas cosas en parábolas; pero se
acerca la hora en que ya no les hablaré en parábolas, sino que les hablaré del
Padre abiertamente.
En aquel día pedirán en mi nombre, y no les digo
que rogaré por ustedes al Padre, PUES EL
PADRE MISMO LOS AMA, PORQUE USTEDES ME HAN AMADO Y HAN CREÍDO QUE SALÍ DEL
PADRE.
Yo salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el
mundo y vuelvo al Padre".
En
diversos pasajes de los evangelios sinópticos aparece la recomendación de Jesús
de orar al Padre con toda confianza.
Lo que más
pone de relieve el evangelista San Juan es el orar en el nombre de Jesús. Aquel día pedirán en mi nombre; sin embargo,
no les digo que intervendré ante el Padre por ustedes, ya que EL PADRE MISMO LOS AMA, PORQUE USTEDES ME
AMÁIS Y TIENEN FE EN QUE YO HE SALIDO DE JUNTO A DIOS.
En la
Última Cena ya se lo había recomendado Jesús a los discípulos: Todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo
haré (14, 13). La precisión en mi nombre tiene, PUES,
MUCHA IMPORTANCIA PORQUE ES LO QUE HA DE CARACTERIZAR LA ORACIÓN DEL CRISTIANO
Y LO QUE LE DARÁ EFICACIA.
En primer
lugar, orar en su nombre significa creyendo en Él (v. 27), poniendo
en Él toda mi confianza, unido a Él por la fe que me hace compartir su modo de
pensar y de actuar.
No es
simplemente tener a Jesús como el intercesor válido y poderoso, ni significa
que debo orar como representante suyo.
En la
oración (como en la vida toda), CONFIESO
QUE JESÚS ES EL SEÑOR A QUIEN PERTENEZCO, A QUIEN HE ENTREGADO “TODO MI HABER Y
POSEER” PORQUE ES EL CENTRO DE MI VIDA.
Y eso es
lo que su Padre ve. Esa es la razón por la que escucha al discípulo, porque
pertenece a Jesús por la fe y el amor.
Los discípulos conocían ya a Dios
como el Padre de Jesús, pero no tenían aún un conocimiento perfecto.
Jesús les dice que lo que Dios es
para Él y el amor que tiene a todos sus hijos e
hijas, SE LES REVELARÁ CLARAMENTE EN LA HORA EN QUE NO LES HABLARÉ YA DE FORMA ENIGMÁTICA, SINO QUE LES
COMUNICARÉ ABIERTAMENTE AL PADRE, ES DECIR, EN LA HORA DE SU MUERTE Y
RESURRECCIÓN.
Entonces, por la acción del Espíritu
que les enviará, y que lo mantendrá vivo en sus corazones, comprenderán
realmente lo que Jesús les había querido revelar (cf.13, 7.36), ACOGERÁN
ESTA COMUNICACIÓN Y RECIBIRÁN EL PODER
DE SER HIJOS E HIJAS DE DIOS (1, 12), QUE SE SITÚAN CON ABSOLUTA
CONFIANZA ANTE SU PADRE.
Por esto, dice Jesús a continuación: Aquel día pedirán en mi nombre; sin embargo,
no les digo que intervendré ante el Padre por ustedes, ya que el Padre mismo
los ama, porque ustedes me aman y creen firmemente que yo salí de junto a Dios.
NO SERÁ YA
UN SIMPLE INTERCESOR DE SUS SÚPLICAS, PORQUE ÉL MISMO ESTARÁ EN ELLOS, INTERIOR
A ELLOS.
Ellos se han unido al Hijo por la fe
y el amor. Por eso el Padre los ama y los escuchará.
Publicado por Parroquia de Fátima Miraflores en 0:01
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