EL PAPEL DEL ALMA EN NUESTRAS VIDAS
El Alma es
la parte invisible del ser humano que con el cuerpo conforman al individuo, y ella es la que
siente las afecciones para que el ser viva alegre o triste. Y esto va a
depender de su entorno con sus próximos con los cuales convive. En este
sentido, cada uno, a su vez, debe aprender a afrontar las vicisitudes que
cotidianamente se nos presenta.
Vivimos en
sociedades en su mayoría decadentes, llenas de falsos valores como:
Falsas Imágenes de Éxito,
Falsas Seguridades,
Falsos Sentidos de la Vida,
Que lo
único que hacen es llevarnos a una vida de turbulencia, enredándonos cada vez
más en el desorden y el caos, provocándonos esa enfermedad que se ha hecho
crónica, llamada estrés, que nos intoxica.
Es por
estas situaciones que debemos optar por una vida sencilla y austera, con
verdad, con justicia y con amor, LAS
CUALES SE CONSTITUYEN EN LA ESENCIA DE LA PROPUESTA DEL MODO DE VIVIR QUE
JESUCRISTO, HUMILDEMENTE NOS INVITÓ A HACERLA NUESTRA.
Y lo que
sucede es que las estructuras de las sociedades en este mundo están quebradas,
prevalece la injusticia, promovida y consentida por grupos de poder, que antes
de trabajar por el bien común priorizan el provecho personal, aunque esto
signifique dañar a muchas personas no brindándoles buenos servicios sanitarios,
de salud, de educación, de seguridad.
Estas
infamias se vienen dando por muchos siglos, por las desbocadas pulsiones de
estos pocos que no terminan de saciarse con lo que tienen, que siempre es poco
lo que poseen, cayendo en la angurria, la avaricia y el utilitarismo de las
personas.
En esta
realidad lo que cunde es el desamor, deshumanizando a las personas,
autodestruyéndose y destruyendo a sus próximos.
ENTONCES NUESTRAS ALMAS VIVEN MÁS TRISTES QUE ALEGRES, CON MUCHO VACÍO Y
SOLEDAD, A PESAR QUE DE POR MEDIO ESTÁ NUESTRA FELICIDAD, QUE NO ES POCA COSA.
Los
pequeños crecen haciéndoles creer que la vida es sólo de placer,
insensibilizándolos ante tanta maldad y tanta injusticia que se comete con nuestros hermanos indefensos; sin darnos
cuenta que nuestros corazones se van, cada vez más, encalleciendo y hasta
encanallando.
Nos
volvemos esclavos de nuestras posesiones, viéndolas como nuestros ídolos
(falsos dioses), por las cuales nos desvivimos HASTA EL EXTREMO DE DAR SÓLO DESAMOR A NUESTROS SERES QUERIDOS.
Y lo que
sucede es que muchos no han entendido que no tenemos todos los talentos ni
todos los dones, por lo cual nos necesitamos los unos a los otros, es decir, tú
no eres más que yo, ni yo soy más que tú.
Si no nos
sentimos vulnerables, ni somos conscientes que necesitamos a los demás, no
podremos estar en armonía con la sociedad.
Nos
afanamos por los ´´negocios” descuidándonos por nuestra riqueza espiritual.
En nuestra
condición de seres inteligentes y con libertad, estamos obligados a defender la
justicia con rigor, intensidad y vitalidad, sólo así daremos testimonio de
nuestra lucha por la paz.
TENEMOS TANTO DERECHO A VIVIR, COMO DEBER DE HACER VIVIR A OTROS CON
DIGNIDAD. Así es el Cristianismo de exigente.
Muchas
personas anhelan que las amen tal como son:
Confundidas,
Frustradas,
A veces asustadas,
Cargadas de sentimientos de
culpa,
Y muchas veces incapaces de comunicar todo esto ni siquiera dentro de sus familias.
Y no es
para menos, porque este mundo nos propone a ensayar distintas formas de vida:
Porque vivir es un morir cada día,
Es vivir en una radical inseguridad,
Náufragos,
Extraños,
Hostilizados,
Angustiados por las enfermedades,
El hambre,
El dolor del cuerpo y del alma, propio o ajeno,
Tememos a los rayos, a al fuego, a la sequía, a la lluvia torrencial, a
los terremotos, y lo más fuerte:
CUANDO EL PRÓJIMO NO ME RESPONDE Y
ME HACE SENTIR QUE NO EXISTO.
Entonces
reaccionamos, interpretamos, adoptamos una conducta y entendemos para mudarnos
a una postura activa e interpretativa ante el espectáculo de la muerte y el
sentimiento de ese dolor.
HACEMOS ESTO CON FRECUENCIA EN LO ANCHO DE LOS PUEBLOS DESDE SIEMPRE.
En este
panorama desgarrador, estamos pues obligados a construir una sociedad verdaderamente
humana, donde todos vivan con dignidad, se traten como hermanos hijos de un
mismo Padre; y porque humanidad es, entre otros atributos, ser:
Bondadoso,
Compasivo,
Afable,
Simpático,
Sensible,
Manso,
Muelle,
Caritativo y
Benigno.
Si
carecemos de la mayoría de estas virtudes, seremos recordados como
deshumanizados, es decir DESALMADOS.
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