"EL SÁBADO HA SIDO HECHO PARA EL
HOMBRE, Y NO EL HOMBRE PARA EL SÁBADO”.
(Marcos
2, 23-28)
P. Carlos Cardó SJ
Un sábado en que
Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas
al pasar. Entonces los fariseos le dijeron: "¡Mira! ¿Por qué hacen en
sábado lo que no está permitido?".
Él les respondió: "¿Ustedes no han leído nunca lo que hizo David,
cuando él y sus compañeros se vieron obligados por el hambre, cómo entró
en la Casa de Dios, en el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, Y COMIÓ Y DIO A SUS COMPAÑEROS LOS PANES DE LA OFRENDA, QUE SÓLO
PUEDEN COMER LOS SACERDOTES?". Y AGREGÓ: "EL SÁBADO HA SIDO HECHO PARA EL HOMBRE, Y NO EL HOMBRE PARA
EL SÁBADO. DE MANERA QUE EL HIJO DEL HOMBRE ES DUEÑO TAMBIÉN DEL
SÁBADO".
El marco del relato es el siguiente: los discípulos de Jesús atraviesan
un campo y sienten hambre. Recogen unas espigas de trigo, las restriegan entre
las manos y comen los granos. Este simple hecho escandaliza a los
fariseos: ¡hacen en sábado lo que
no está permitido! Jesús aprovecha la ocasión PARA DEFENDER LA LIBERTAD Y AMPLITUD DE ESPÍRITU QUE QUIERE QUE TENGAN
SUS DISCÍPULOS.
LA LEY ESTÁ AL
SERVICIO DE LA PERSONA HUMANA, NO ESTÁ DADA PARA OPRIMIR.
Por eso, ante la necesidad, la ley cede; NO ES UN ABSOLUTO. Para demostrarlo, Jesús argumenta poniendo el
ejemplo de David que entró en el santuario, tomó los panes consagrados –que
sólo podían comer los sacerdotes– y comió él y sus soldados porque tenían
hambre (Cf. 1Sam 21, 2-7).
Recordaba así a los fariseos QUE
LA NECESIDAD HUMANA ESTABA POR ENCIMA INCLUSO DEL CULTO Y DE LO REFERENTE AL
TEMPLO. PUEDE DEJARSE EL SENTIDO LITERAL DE LA LEY CUANDO LO EXIGE UNA
NECESIDAD MÁS ELEVADA.
Las normas son para orientar en las relaciones con Dios y con los demás,
PERO POR ENCIMA ESTÁN LAS NECESIDADES
VITALES.
A partir de esa enseñanza, Jesús pasa a tratar el tema del sábado.
Moisés, inspirado por Dios, había dejado a los israelitas este precepto: Durante seis días trabajarás y harás todos
tus trabajos. Pero el día séptimo es día de descanso en honor del Señor tu
Dios. No harás en él trabajo alguno ni tú, ni tus hijos, ni tus siervos, ni tu
ganado, ni el extranjero que habita contigo.
El descanso, por tanto, no había sido impuesto como una prueba, como un
deber riguroso, sino como un recurso humano para asegurarle a todos, judíos y
no judíos, libres o esclavos QUE
PUDIERAN TENER UN DÍA SEMANAL PARA REPARAR LAS FUERZAS, ESTAR EN FAMILIA, Y,
SOBRE TODO, HONRAR A DIOS RECORDANDO EL DESCANSO QUE TUVO EL CREADOR AL
CONCLUIR SU OBRA (Ex 20, 8-11),
y acordándose de que fueron esclavos en Egipto y el Señor los liberó (Dt 5,12-15).
Por su significación y por su contenido de memorial, el sábado pasó a
convertirse en un elemento fundamental de la espiritualidad judía, hasta hoy,
la espiritualidad del Shabat.
El descanso sabático es una solemne proclamación de la identidad del judío y de
su nación: identidad de hijos y pueblo de la alianza, que vale no por lo que
produce o posee sino por lo que es.
El sábado recuerda a los israelitas que no son simples ciudadanos,
trabajadores, o consumidores. El Shabat no
es una simple costumbre ni un simple medio para el ordenamiento social del
trabajo mediante el descanso obligatorio, sino
la afirmación pública y rotunda de que Israel es el pueblo de Dios, que obra
según Dios.
Sin embargo, en tiempos de Jesús
la espiritualidad del Shabat había
quedado deformada por el rigorismo y la intransigencia de los rabinos
fariseos.
El precepto del sábado que en su origen había tenido un fuerte sentido
liberador, al asegurar a todos el descanso semanal, y que ERA DÍA SANTO PARA HONRAR A DIOS, SE HABÍA CONVERTIDO EN UNA LEY OPRESORA.
Jesús no sólo devuelve a la práctica del descanso sabático su verdadero
sentido, sino que con su afirmación: El sábado está hecho para el hombre, pone al sábado en relación
y al servicio del hombre.
Como todas las observancias
morales, ritos, celebraciones liturgias y prácticas religiosas, por medio de las cuales se expresa la fe,
tampoco el sábado es un fin en sí mismo. TODO
ELLO ES MEDIO AL SERVICIO DEL SER HUMANO.
Finalmente, la declaración: El
Hijo del hombre es señor también del sábado, debió sonar a los
oídos de los dirigentes del pueblo como una pretensión insoportable. En el
evangelio de Juan aparece claro: perseguían a Jesús porque hacía obras como éstas (curar
a un paralítico) en día sábado,
pero Jesús les replicó:
Mi Padre no cesa
de trabajar hasta ahora y yo también trabajo. En vista de esto trataban de matarlo porque
no sólo no respetaba el sábado sino que además decía que Dios era su Padre, y
se hacía igual a Dios (Jn 5,19).
Jesús, por
tanto, no trasgrede el sábado SINO QUE
LO SUPERA, HACIENDO LO QUE HACE DIOS SU PADRE.
En
adelante, Jesús es quien transmite la identidad al nuevo pueblo de Israel Y QUIEN REALIZA LA VERDADERA Y PLENA
LIBERACIÓN.
Queda
atrás el sábado como signo y recuerdo. Se ha hecho
realidad aquello de lo que el sábado era signo. Se ha inaugurado con Jesús el
definitivo séptimo día, DÍA DEL
ENCUENTRO DE DIOS CON SUS HIJOS, SÁBADO ETERNO, TIEMPO DE GRACIA Y
SALVACIÓN EN QUE SE CUMPLE LO ANUNCIADO: HABITARÉ EN ELLOS Y CAMINARÉ JUNTO A ELLOS (Lv
26,12; 2Cor 6,16).
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