martes, 5 de enero de 2016

¿CREEMOS REALMENTE EN LA EFICACIA DEL BIEN EN NUESTRO MUNDO?

Cada uno de nosotros puede sentirse incluido en el grupo de los llamados a evangelizar el mensaje de Cristo.

La Iglesia, comunidad que Jesús ha reunido en la persona de sus apóstoles y discípulos, y a la que pertenecemos los que hemos acogido su llamada, recibe la misma misión de su Maestro:

ANUNCIAR CON HECHOS Y PALABRAS LA PRESENCIA DEL AMOR DE DIOS Y LA CERTEZA DE LA SALVACIÓN QUE ESPERAMOS (Evangelii Nuntiandi).

Otro pasaje del mismo evangelio de Marcos dice que Jesús llamó a los que quiso… para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar.
No los envía a exponer una vasta y compleja doctrina, SINO A TRANSMITIR UNA FORMA DE VIDA, UN MODO DE SER Y PROCEDER.

Por eso, las instrucciones que Jesús da a sus discípulos no dicen lo que ellos tendrán que decir, SINO CÓMO DEBEN PRESENTARSE PARA REPRODUCIR LA FORMA DE SER QUE HAN APRENDIDO DE SU MAESTRO.

Son instrucciones que tienen que ver con el propio estilo de vida, QUE UNO APRENDE Y ASIMILA EN EL TRATO CON JESÚS.

Y comenzó a enviarlos de dos en dos. Detrás de la costumbre hebrea de ir así, de dos en dos, para cumplir una misión, hay un signo que Jesús quiere que los discípulos transmitan.

ÉL HA VENIDO A REUNIR A LA FAMILIA DE DIOS, A CONGREGAR UN NUEVO PUEBLO DE HIJOS E HIJAS DE DIOS.

Por eso la comunidad o lo comunitario, tiene un valor fundamental en todo su mensaje.

Jesús no predicaba nunca en solitario; tampoco quiso  que sus discípulos lo hicieran.

SIN COMPAÑÍA FRATERNA, SIN COLABORACIÓN EN TAREAS Y PROYECTOS, no hay seguimiento de Jesús ni se puede anunciar el evangelio.

Dice también el evangelio que Jesús les dio autoridad sobre los espíritus impuros.
Los espíritus inmundos a los que se refiere no son fuerzas o poderes sobrenaturales, contra los cuales nada pueden hacer los hijos de Dios.

Los “espíritus” a los que se refiere Jesús TIENEN QUE VER CON TODO LO QUE ENGAÑA, PERTURBA, OPRIME Y EMPOBRECE LA VIDA, PRIVÁNDOLA DE LIBERTAD, DE DIGNIDAD, DE PAZ.

En este sentido, los discípulos de Jesús SE CARACTERIZAN POR SER PERSONAS QUE COMBATEN CONTRA TODA FORMA DE INJUSTICIA, DE DESIGUALDAD, HAMBRE, MENTIRA Y CORRUPCIÓN.

ESOS SON LOS ESPÍRITUS INMUNDOS QUE IMPIDEN QUE LOS HOMBRES SE REALICEN COMO AUTÉNTICAS PERSONAS.

Y la autoridad del discípulo está precisamente EN ENFRENTAR AL MAL, LUCHAR CONTRA ÉL Y VENCERLO EN NOMBRE DE DIOS Y CRISTO CON LA FUERZA DEL ESPÍRITU.

Les ordenó que no llevaran nada para el camino… La Iglesia como institución y cada uno de sus miembros no pueden poner como valor central de su vida los bienes materiales.

ÉSTOS SON MEDIOS, NO FINES; y hay que aprender a usarlos o dejarlos tanto cuanto convenga a la realización de los valores del reino de Dios.

Cuando se olvida esto, LOS BIENES MATERIALES EN VEZ DE AYUDAR A LA TAREA EVANGELIZADORA, LA DESVÍAN DE SUS VERDADEROS FINES, Y LA LABOR DE LA IGLESIA SE PERVIERTE.

EL ESPÍRITU DE GRATUIDAD, QUE SE DEMUESTRA EN “DAR GRATIS LO QUE GRATIS HEMOS RECIBIDO”, HACE QUE RESPLANDEZCA MÁS LA ACCIÓN DE LO ALTO.

LA SENCILLEZ DE VIDA, EL DESINTERÉS POR EL PODER DE ESTE MUNDO, LA POBREZA EVANGÉLICA, HACEN MÁS CREÍBLE LA PREDICACIÓN Y LA ACCIÓN DE LA IGLESIA.

Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar.
La casa tiene gran importancia en los evangelios sinópticos.

El evangelio de Marcos nos hace ver que Jesús usaba muchas veces las casas en las que se alojaba, tanto para anunciar la buena noticia del Reino con palabras y signos, como para educar a sus discípulos, aprovechando la intimidad que la casa hace posible.

En casa les enseña los temas centrales de la fe, que después ellos habrán de transmitir en su misión:
                 La piedad auténtica,
                 La oración y el ayuno y
                 La relación de pareja,
SIEMPRE COMO LLAMADAS A LA CONVERSIÓN A UNA MEJOR RELACIÓN CON DIOS, CON EL CÓNYUGE, CON LOS SEMEJANTES Y CON LAS COSAS DE ESTE MUNDO.

Por eso el cristiano debe considerar su casa como un lugar privilegiado para poner en práctica la misión que ha recibido de Cristo y transmitir el evangelio.

EN LA INTIMIDAD FAMILIAR SE CREAN LOS LAZOS AFECTIVOS MÁS PROFUNDOS Y RESULTA FACTIBLE, COMO EN NINGÚN OTRO SITIO, CREAR LA  FRATERNIDAD Y ENCARNAR LOS VALORES CRISTIANOS.

EN LA CASA SE PUEDE PRACTICAR EL SEGUIMIENTO DE JESÚS EN SU RADICALIDAD

Si en algún lugar no los reciben, váyanse de allí… JESÚS INVITA, NO SE IMPONE.

LA INVITACIÓN A LA FE SE MUEVE SIEMPRE EN EL TERRENO DE LA LIBERTAD.

Los discípulos no pueden obligar a nadie a aceptar el evangelio.
ÉSTE SE ACEPTA ADECUADAMENTE POR LA FUERZA DEL TESTIMONIO Y LA EFICACIA DE LA PALABRA QUE PROMUEVEN EL CONVENCIMIENTO INTERIOR.

Habrá quienes no acepten el mensaje, y contraerán una culpa que sólo Dios conoce con exactitud.

Frente a esto, le basta al discípulo manifestar con un gesto demostrativo la ruptura de la comunión: AL SALIR DE ESE PUEBLO, SACÚDANSE EL POLVO DE LOS PIES.

Una mirada de fondo nos hace ver en este discurso de Jesús que EL CRISTIANO EVANGELIZA HUMANIZANDO.

LOS VALORES DEL EVANGELIO NOS HACEN MÁS HUMANOS Y HACEN QUE CONSTRUYAMOS UN MUNDO MÁS HUMANO Y MÁS DIVINO.

El Concilio Vaticano II nos  recuerda que, aunque no se equiparan progreso humano y reino de Dios, tampoco se pueden separar, y están mutuamente relacionados.

ESTÁ AQUÍ LA RAZÓN DEL EMPEÑO DEL CRISTIANO EN LA LUCHA CONTRA TODOS LOS MALES QUE OPRIMEN A LA GENTE.

DICHO DE MANERA POSITIVA, EL CRISTIANO CREE EN LA EFICACIA DEL BIEN Y EN LAS POSIBILIDADES DE MEJORAR LA CALIDAD DE LA VIDA HUMANA; POR ESO APOYA TODO LO POSITIVO QUE TIENE EL MUNDO DE HOY, TODAS LAS POSIBILIDADES QUE EXISTEN DE ENCARNAR LOS VALORES DEL EVANGELIO EN NUESTRA CULTURA Y SOCIEDAD.
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