LA TRADICIÓN CATÓLICA
Eduardo López Azpitarte SJ
En la Iglesia Católica existen una serie de actitudes que la distinguen de las otras religiones, especialmente en la presencia de otros influjos espirituales.
No hay una defensa clara y concreta sobre la diferencia entre los valores de una ética profana y religiosa, SITUACIÓN QUE SE ATRIBUYE AL AMBIENTE SECULAR Y ´´MODERNISTA” EN EL QUE VIVIMOS.
Cuando sobre la base de nuestras virtudes hacemos obras, somos guiados por la razón natural que es la regla del obrar humano…. Y por ello no fue necesario dar otros preceptos que los preceptos morales de la ley dictados por la razón (Summa Teológica).
Graciano en su famoso ´´Decreto” que impactó significativamente en la humanidad, afirmaba que: ´´EL DERECHO NATURAL ES LO QUE SE CONTIENE EN LA LEY Y EN EL EVANGELIO”
Esto podría manifestar una visión teocéntrica y cristiana del derecho, como si a las exigencias racionales hubiera que añadir las que provienen de la revelación de la sabiduría de Dios, PARA SUPLIR LAS OMISIONES QUE AQUELLAS ENCIERRAN.
Pero también es cierto que las exigencias éticas evangélicas ya están recogidas y formuladas por la razón.
Muchos moralistas NO DUDARON EN ADMITIR QUE CRISTO NO AÑADIÓ NINGÚN NUEVO PRECEPTO A LOS EXIGIDOS POR LA LEY NATURAL, COMO APARECE EN LA MAYORÍA DE LOS MANUALES TRADICIONALES.
Un análisis pragmático conduce a la conclusión de que la comunidad cristiana en sus grupos más significativos y radicales, HUBIERA SIDO UN ESPACIO EN EL QUE LOS VALORES PROFUNDAMENTE HUMANOS SE HUBIERAN VIVIDO SIEMPRE CON AUTENTICIDAD.
Si los católicos se hubieran defendido al menos, en teoría, aunque no siempre se llevasen a la práctica, la deducción sería lógica y evidente, SÓLO A PARTIR DE LA FE ES POSIBLE LA FUNDAMENTACIÓN DE LA MORAL, SOBRE TODO SI, AL MARGEN DE ESTA ILUMINACIÓN SOBRENATURAL TAMPOCO SE HUBIERA ALCANZADO EL CONOCIMIENTO DE ESTAS VERDADES ÉTICAS.
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