jueves, 16 de junio de 2016

¿NOS INTERESAN LAS TRIBULACIONES, CARENCIAS Y VACÍOS, DE LOS DEMÁS Y LOS DEJAMOS EN LA DESESPERACIÓN? O ¿LES MOSTRAMOS UN AMOR PRUDENTE?

¿NOS INTERESAN LAS TRIBULACIONES, CARENCIAS Y VACÍOS, DE LOS DEMÁS Y LOS DEJAMOS EN LA DESESPERACIÓN? O ¿LES MOSTRAMOS UN AMOR PRUDENTE?  


Jesús se encargó de informarles a sus seguidores que Él había venido para hacer que los que llevaban una vida deshumanizada cambien para que vivan en este mundo entregándose mutuamente los unos a los otros.

Así, reunido en una casa, que puede simbolizar a la Iglesia, en la que habían justos y pecadores, el propósito principal de Jesús era enseñarles  acerca del perdón y del mayor amor que debe ser una práctica cotidiana para todos sus miembros y comunidades, la otra opción puede ser también, que en algunas  instituciones el acogimiento a Jesús sea cómo la fría hospitalidad del fariseo Simón.


Una mujer se le acercó. Eso solo es ya un hecho escandaloso, desconcertante, inconveniente en la cultura judía de entonces.

Sin identidad propia, se la denomina pecadora pública, así se la conoce. Su falta es la prostitución con los hombres: vende su cuerpo, su amor, sus favores por dinero.
Nadie sabe NI A NADIE LE INTERESAN SUS TRIBULACIONES, CARENCIAS Y VACÍOS QUE LA MARCARON DESDE LA INFANCIA, LA DESESPERACIÓN ECONÓMICA QUE LA ARRASTRA A VENDER SU CUERPO.
PARA EL MUNDO ES UNA PERDIDA.
PARA EL MUNDO JUDÍO, UNA IMPURA, EXCLUIDA.
PARA JESÚS ES UNA OVEJA HERIDA QUE RECLAMA SU AMOR PRUDENTE.

JESÚS REVELA A UN DIOS QUE VIENE A BUSCAR LO PERDIDO.

Jesús mismo dirá repetidas veces: YO NO HE VENIDO A BUSCAR A JUSTOS SINO A PECADORES…

Frente a ella el relato sitúa a un fariseo llamado Simón, que ha invitado a Jesús a su casa.

Probablemente se le reconoce como hombre probo y nadie advierte (o no se quiere advertir) que también él es un perverso que prostituye la religión: ofrece buenas obras, rezos, acciones de culto, para sentirse objeto de la benevolencia de Dios.

INTENTA COMPRAR A DIOS CON LAS OBRAS DE LA LEY.
Vive en la presunción de la propia justicia.
Conoce sólo el mérito, NO RECONOCE LA DEUDA QUE TIENE CONTRAÍDA Y EL AMOR CON QUE SE ALCANZA EL PERDÓN.

QUIERE MERECER EL AMOR DE DIOS. NO SABE QUE EL AMOR ES GRATUITO.

PERO A AMBOS AMA EL SEÑOR. A AMBOS INVITA A ABRIRSE A LA MISERICORDIA.

En el fariseo hay extrañeza, desdén, escándalo.

En la mujer, HAY DETERMINACIÓN, GENEROSIDAD, TERNURA. En Jesús, complacencia, agrado, alegría y aprobación plena por ella.

La mujer se presentó con un vaso de alabastro lleno de perfume para honrar a Jesús.

Por su parte Jesús, que siempre aparece como el que da, ahora aparece recibiendo: alguien le da algo, una mujer que se siente libre para responder al amor que el Señor le ha mostrado en su vida.

La mujer llora y humedece los pies del Señor con sus lágrimas.
Se puede pensar que es por remordimiento de la vida que ha llevado.
Pero hay algo más en su forma de llorar. El llanto de esta mujer es apacible, sereno, consolador, CASI LLANTO DE ALEGRÍA; ES LLANTO DE AMOR POR JESÚS.

Y el fariseo se escandaliza. No le escandaliza que esta mujer actúe así, sino que el Maestro lo consiente y lo apruebe.

Jesús, entonces, propone a Simón la parábola de los dos deudores:
Todos somos deudores de Dios: la vida, los bienes en ella y, SOBRE TODO, LO QUE ME HA PERDONADO –Y QUE SÓLO ÉL  Y YO SABEMOS… QUIEN RECONOCE QUE HA RECIBIDO EL DON MAYOR, AMARÁ MÁS.

Quien tiene contraída la mayor deuda, POR HABER RECIBIDO UN PERDÓN MAYOR, SE SIENTE MÁS AMADO. POR ESO, MOSTRARÁ MÁS AMOR.

El núcleo de la parábola está EN LA RELACIÓN ENTRE LOS DOS VERBOS: PERDONAR Y MOSTRAR MÁS AMOR.
SI SE ME HA PERDONADO MÁS, ENTONCES MUESTRO MÁS AMOR.

GRATITUD ES CARACTERÍSTICA CRISTIANA.
ES RECONOCER LA VIDA COMO UN REGALO DE AMOR, NO COMO UNA DEUDA QUE TENGO QUE PAGAR.

El mal que cometemos es presentado como la falta de amor agradecido.
El perverso no ama, lo que hace es procurar ganarse méritos, pagando y comprando con buenas acciones la benevolencia de Dios.

Así, es capaz de llevar una vida pródiga de acciones, que despiertan la alabanza de quienes las ven, pero que no manifiestan amor verdadero.

Toda la vida religiosa se convierte en un continuo pagar,  merecer y comprar.

Puedo yo hablar las lenguas de los ángeles y de los hombres, puedo repartir mis bienes entre los necesitados, tener una fe como para mover montañas, entregar incluso mi cuerpo a las llamas pero SI NO TENGO AMOR, DE NADA ME SIRVE (1 Cor 13).

El perdón procede del amor.
Dios nos ha perdonado primero por puro amor.
NUESTRO AMOR ES LA RESPUESTA A ESA GRACIA QUE SE ME HA CONCEDIDO.

Por eso, esta mujer ama más que el fariseo: PORQUE ELLA SÍ SE HA SENTIDO AMADA Y HA RECONOCIDO EL AMOR.

Toda religión y toda ética inducen a las personas a que sean mejores siempre amando a los demás.

EL CRISTIANISMO VA MUCHO MÁS ALLÁ Y CAMBIA LA CUESTIÓN: NO QUIÉN ES MEJOR O QUIÉN INFRINGE  MENOS, SINO QUIÉN AMA MÁS.

PORQUE RECONOZCO QUE DIOS ME HA AMADO, NO PUEDO HACER OTRA COSA QUE PONER AMOR EN MI VIDA

No hay comentarios:

Publicar un comentario