lunes, 2 de enero de 2017

¿SABÍAS QUE UNIENDO ARMONIOSAMENTE LAS ENSEÑANZAS Y LA PRÁCTICA DEL MUTUO AMOR, SE REALIZA ADMIRABLEMENTE ESE DOBLE DAR QUE COMPENDIA LA DOCTRINA LA SOCIAL DE LA IGLESIA”?

¿SABÍAS QUE UNIENDO ARMONIOSAMENTE LAS ENSEÑANZAS Y LA PRÁCTICA DEL MUTUO AMOR, SE REALIZA ADMIRABLEMENTE ESE DOBLE DAR QUE COMPENDIA LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA”?
                                                                       CÁRITAS

La Doctrina Social de la Iglesia ES UN CONJUNTO DE NORMAS Y PRINCIPIOS REFERENTES A LA REALIDAD SOCIAL, POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LA HUMANIDAD, BASADA EN EL EVANGELIO Y EN EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA CATÓLICA.

El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia y el Catecismo de la Iglesia Católica la definen como un “cuerpo doctrinal renovado que se va articulando a medida que la Iglesia, en la plenitud de la Palabra revelada por Jesucristo y mediante la asistencia del Espíritu Santo, lee los hechos según se desenvuelven en el curso de la historia”.

“Nada, pues, tiene de extraño que la Iglesia Católica, siguiendo el ejemplo y cumpliendo el mandato de Cristo, HAYA MANTENIDO CONSTANTEMENTE EN ALTO LA ANTORCHA DE LA CARIDAD DURANTE DOS MILENIOS, es decir, desde la institución del antiguo diaconado hasta nuestros días, tanto con la enseñanza de sus preceptos como con sus ejemplos innumerables; caridad que, UNIENDO ARMONIOSAMENTE LAS ENSEÑANZAS Y LA PRÁCTICA DEL MUTUO AMOR, REALIZA DE MODO ADMIRABLE EL MANDATO DE ESE DOBLE DAR QUE COMPENDIA POR ENTERO LA DOCTRINA Y LA ACCIÓN SOCIAL DE LA IGLESIA”.

La Iglesia, PARTÍCIPE DE:
LOS GOZOS Y DE LAS ESPERANZAS,
DE LAS ANGUSTIAS Y DE LAS TRISTEZAS DE LOS HOMBRES,
ES SOLIDARIA CON CADA HOMBRE Y CON CADA MUJER DE CUALQUIER LUGAR Y TIEMPO, Y LES LLEVA LA ALEGRE NOTICIA DEL REINO DE DIOS QUE CON JESUCRISTO HA VENIDO Y VIENE EN MEDIO DE ELLOS.

Para la humanidad, la Iglesia es –en este mundo– el sacramento del amor de Dios, “EL PROYECTO VISIBLE DEL AMOR DE DIOS HACIA LA HUMANIDAD” Y, POR ELLO, DE LA ESPERANZA MÁS GRANDE, QUE ACTIVA Y SOSTIENE TODO PROYECTO Y EMPEÑO DE AUTÉNTICA LIBERACIÓN Y PROMOCIÓN HUMANA.

Fecundar y fermentar la sociedad con el Evangelio.
Con su Doctrina Social, la Iglesia se hace cargo del anuncio que el Señor le ha confiado: el Evangelio del Reino.

En cuanto Evangelio que resuena mediante la Iglesia en el hoy del hombre, la Doctrina Social ES PALABRA QUE ILUMINA Y LIBERA.

Esto significa que posee la eficacia de verdad y de gracia del Espíritu de Dios, que PENETRA LOS CORAZONES DISPONIÉNDOLOS A CULTIVAR PENSAMIENTOS Y PROYECTOS:
DE AMOR:
DE JUSTICIA,
DE LIBERTAD Y
DE PAZ.

El Concilio Vaticano II nos recuerda que, con su enseñanza social, la Iglesia quiere anunciar y actualizar el Evangelio en la compleja red de las relaciones sociales.

Busca fecundar y fermentar la sociedad misma con el Evangelio. “Para ello es importante que en América los agentes de evangelización (obispos, sacerdotes, profesores, animadores pastorales, etc.) asimilen este tesoro que es la doctrina social de la Iglesia e, iluminados por ella, se hagan capaces de leer la realidad actual y de buscar vías para la acción”. Evangelización y promoción humana. “En este esfuerzo por conocer el mensaje de Cristo y hacerlo guía de la propia vida hay que recordar que LA EVANGELIZACIÓN HA IDO UNIDA SIEMPRE A LA PROMOCIÓN HUMANA Y A LA AUTÉNTICA LIBERACIÓN CRISTIANA.

«AMOR A DIOS Y AMOR AL PRÓJIMO SE FUNDEN ENTRE SÍ: en el más humilde encontramos a Jesús mismo y en Jesús encontramos a Dios».
 Por lo mismo, será también necesaria una catequesis social y una adecuada formación en la doctrina social de la Iglesia.

Es muy útil para ello el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia.

LA VIDA CRISTIANA NO SE EXPRESA SOLAMENTE EN LAS VIRTUDES PERSONALES, SINO TAMBIÉN EN LAS VIRTUDES SOCIALES Y POLÍTICAS”.

“La Iglesia, con su doctrina social, no sólo no se aleja de la propia misión, sino que es estrictamente fiel a ella.
La redención realizada por Cristo y confiada a la misión salvífica de la Iglesia ES CIERTAMENTE DE ORDEN SOBRENATURAL.

Esta dimensión no es expresión limitativa, sino integral de la salvación”. “Lo sobrenatural NO DEBE SER CONCEBIDO COMO UNA ENTIDAD O UN ESPACIO QUE COMIENZA DONDE TERMINA LO NATURAL, SINO COMO LA ELEVACIÓN DE ÉSTE, DE TAL MANERA QUE NADA DEL ORDEN DE LA CREACIÓN Y DE LO HUMANO ES EXTRAÑO O QUEDA EXCLUIDO DEL ORDEN SOBRENATURAL Y TEOLOGAL DE LA FE Y DE LA GRACIA, SINO MÁS BIEN ES EN ÉL:
RECONOCIDO,
ASUMIDO Y
ELEVADO”.

Benedicto XVI, en su encíclica Caritas in veritate, nuevamente recuerda las palabras de su predecesor Pablo VI, quien reconoció la estrecha relación entre el desarrollo y la evangelización. “ENTRE EVANGELIZACIÓN Y PROMOCIÓN HUMANA (DESARROLLO, LIBERACIÓN) EXISTEN EFECTIVAMENTE LAZOS MUY FUERTES”.

“EL TESTIMONIO DE LA CARIDAD DE CRISTO MEDIANTE OBRAS DE JUSTICIA, PAZ Y DESARROLLO FORMA PARTE DE LA EVANGELIZACIÓN, PORQUE A JESUCRISTO LE INTERESA TODO EL HOMBRE”.

HACIA UNA NUEVA SOCIEDAD RECONCILIADA EN LA JUSTICIA Y EN EL AMOR.
 Se requiere que las obras de misericordia estén acompañadas por la búsqueda DE UNA VERDADERA JUSTICIA SOCIAL, QUE VAYA ELEVANDO EL NIVEL DE VIDA DE LOS CIUDADANOS, PROMOVIÉNDOLOS COMO SUJETOS DE SU PROPIO DESARROLLO.

En su encíclica Deus caritas est el Papa Benedicto XVI ha tratado con claridad inspiradora la compleja relación entre justicia y caridad.

Ahí nos dice que “EL ORDEN JUSTO DE LA SOCIEDAD Y DEL ESTADO ES UNA TAREA PRINCIPAL DE LA POLÍTICA” Y NO DE LA IGLESIA.

Pero la Iglesia “no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia”,  ya identificó la urgencia de esta opción preferencial de Cristo por los más pobres y excluidos, QUE DEBE CONCRETARSE EN EL COMPROMISO EVANGÉLICO DE LA IGLESIA.

Este compromiso está fundado en el testimonio mismo de Cristo: un compromiso con los más necesitados.
Se nos recuerda que “la Iglesia debe mirar, por consiguiente, a Cristo cuando se pregunta cuál ha de ser su acción evangelizadora.

El Hijo de Dios demostró la grandeza de ese compromiso AL HACERSE HOMBRE, PUES SE IDENTIFICÓ CON LOS HOMBRES HACIÉNDOSE UNO DE ELLOS, SOLIDARIO CON ELLOS Y ASUMIENDO LA SITUACIÓN EN QUE SE ENCUENTRAN, EN SU NACIMIENTO, EN SU VIDA, Y –SOBRE TODO– EN SU PASIÓN Y MUERTE, DONDE LLEGÓ A LA MÁXIMA EXPRESIÓN DE LA POBREZA”.

“Por esta sola razón, LOS POBRES MERECEN UNA ATENCIÓN PREFERENCIAL, CUALQUIERA QUE SEA LA SITUACIÓN MORAL O PERSONAL EN QUE SE ENCUENTREN.

Hechos a imagen y semejanza de Dios, para ser sus hijos, ESTA IMAGEN ESTÁ ENSOMBRECIDA Y AÚN ESCARNECIDA.

Por eso Dios toma su defensa y los ama. Es así como los pobres son los primeros destinatarios de la misión, Y SU EVANGELIZACIÓN ES, POR EXCELENCIA, SEÑAL Y PRUEBA DE LA MISIÓN DE JESÚS”.  

´´ACERCÁNDONOS AL POBRE PARA ACOMPAÑARLO Y SERVIRLO HACEMOS LO QUE CRISTO NOS ENSEÑÓ AL HACERSE HERMANO NUESTRO, POBRE COMO NOSOTROS.

Por eso, el servicio a los pobres es la medida privilegiada, aunque no excluyente, de nuestro seguimiento a Cristo.

EL MEJOR SERVICIO AL HERMANO ES LA EVANGELIZACIÓN QUE LO DISPONE A REALIZARSE COMO HIJO DE DIOS, LO LIBERA DE LAS INJUSTICIAS Y LO PROMUEVE INTEGRALMENTE; asimismo LO CAPACITA PARA TRABAJAR, JUNTO CON LOS MIEMBROS DE SU COMUNIDAD, A FAVOR DE UN AUTÉNTICO DESARROLLO HUMANO INTEGRAL.

La opción preferencial por los pobres es uno de los rasgos que marca la fisonomía de la Iglesia latinoamericana y caribeña y, por tanto, una condición sine qua non para la labor de Cáritas en el Perú.

Juan Pablo II, dirigiéndose a nuestro continente, sostuvo que “convertirse al Evangelio, para el pueblo cristiano que vive en América, significa revisar todos los ambientes y dimensiones de su vida, ESPECIALMENTE TODO LO QUE PERTENECE AL ORDEN SOCIAL Y A LA OBTENCIÓN DEL BIEN COMÚN”.

Como discípulos misioneros de Jesucristo ESTAMOS LLAMADOS A DESCIFRAR Y CONTEMPLAR EN LOS ROSTROS SUFRIENTES DE NUESTROS HERMANOS EL ROSTRO DE CRISTO QUE NOS LLAMA A SERVIRLO EN ELLOS:
“Los rostros sufrientes de los pobres son rostros sufrientes de Cristo”.
“Todo lo que tenga que ver con Cristo tiene que ver con los pobres, y todo lo relacionado con los pobres reclama a Jesucristo: «Cuanto hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron» (Mt 25,40).

Juan Pablo II destacó que este texto bíblico «ilumina el misterio de Cristo».

Porque en Cristo EL GRANDE SE HIZO PEQUEÑO, EL FUERTE SE HIZO FRÁGIL, EL RICO SE HIZO POBRE”.

“Sólo la cercanía que nos hace amigos nos permite apreciar profundamente los valores de los pobres de hoy, sus legítimos anhelos y su modo propio de vivir la fe.

La opción por los pobres debe conducirnos a la amistad con los pobres.
Día a día, los pobres se hacen sujetos de la evangelización y de la promoción humana integral:
EDUCAN A SUS HIJOS EN LA FE,
VIVEN UNA CONSTANTE SOLIDARIDAD ENTRE PARIENTES Y VECINOS,
BUSCAN CONSTANTEMENTE A DIOS Y
DAN VIDA AL PEREGRINAR DE LA IGLESIA.

A la luz del Evangelio reconocemos SU INMENSA DIGNIDAD Y SU VALOR SAGRADO A LOS OJOS DE CRISTO, pobre como ellos y excluido entre ellos.
Desde esta experiencia creyente, compartiremos con ellos la defensa de sus derechos” la reflexión y preocupación sobre el desarrollo humano entra con fuerza en el Magisterio de la Iglesia.

Frente a ideologías emergentes QUE VALORABAN AL HOMBRE SÓLO POR SU DIMENSIÓN PRODUCTIVA O ECONÓMICA, Pablo VI señala que el verdadero desarrollo humano debe considerar a “todos los hombres y a todo el hombre”.

Benedicto XVI, en Caritas in veritate, retomando toda la extensa y profunda reflexión sobre este tema, nos señala que “el desarrollo humano integral como vocación exige también QUE SE RESPETE LA VERDAD.

La vocación al progreso impulsa a los hombres a «hacer, conocer y tener más para ser más».

Pero la cuestión es: ¿QUÉ SIGNIFICA «SER MÁS»?

A esta pregunta, Pablo VI responde indicando lo que comporta esencialmente el «auténtico desarrollo»: «debe ser integral, es decir, PROMOVER A TODOS LOS HOMBRES Y A TODO EL HOMBRE».

En la concurrencia entre las diferentes visiones del hombre que, más aún que en la sociedad que vivió Pablo VI, se proponen también en la de hoy, LA VISIÓN CRISTIANA TIENE LA PECULIARIDAD DE AFIRMAR Y JUSTIFICAR EL VALOR INCONDICIONAL DE LA PERSONA HUMANA Y EL SENTIDO DE SU CRECIMIENTO.

La vocación cristiana al desarrollo ayuda a buscar la promoción de todos los hombres y de todo el hombre.

Pablo VI escribe: «lo que cuenta para nosotros es el hombre, cada hombre, cada agrupación de hombres, hasta la humanidad entera».

La fe cristiana se ocupa del desarrollo, no apoyándose en privilegios o posiciones de poder, ni tampoco en los méritos de los cristianos, que ciertamente se han dado y también hoy se dan, junto con sus naturales limitaciones, SINO SÓLO EN CRISTO, al cual debe remitirse toda vocación auténtica al desarrollo humano integral.

El Evangelio es un elemento fundamental del desarrollo porque, en él, Cristo, «en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre»”.

“Cada uno encuentra su propio bien asumiendo el proyecto que Dios tiene sobre él, para realizarlo plenamente: en efecto, encuentra en dicho proyecto su verdad y, aceptando esta verdad, se hace libre (cf. Jn 8,22)”.

Y éste es el proyecto de Dios: una Historia de Salvación, una Historia que empieza en Israel y que avanza hasta nuestro momento presente, en el que estamos llamados –como nuevo Pueblo de Dios, como Cáritas– a ser promotores y protagonistas.

“Sobre todo el fondo de la experiencia religiosa universal se destaca la Revelación que Dios hace progresivamente de Sí mismo al pueblo de Israel.

Esta Revelación responde de un modo inesperado y sorprendente a LA BÚSQUEDA HUMANA DE LO DIVINO, GRACIAS A LAS ACCIONES HISTÓRICAS EN LAS QUE SE MANIFIESTA EL AMOR DE DIOS POR EL HOMBRE”.

Dios crea, por un acto de su amor, al hombre y a la mujer (Cf. Gen 1,26-27) y les da la misión de dominar la tierra.

Por ello, estamos llamados a ser instrumento eficaz de la gratuidad divina en el jardín en el que Dios los ha puesto como cultivadores y guardianes de la creación.

“El libro del GÉNESIS NOS PROPONE ALGUNOS FUNDAMENTOS DE LA ANTROPOLOGÍA CRISTIANA:
LA INALIENABLE DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA, QUE TIENE SU RAÍZ Y SU GARANTÍA EN EL DESIGNIO CREADOR DE DIOS;

LA SOCIABILIDAD CONSTITUTIVA DEL SER HUMANO, QUE TIENE SU PROTOTIPO EN LA RELACIÓN ORIGINARIA ENTRE EL HOMBRE Y LA MUJER, CUYA UNIÓN ES LA EXPRESIÓN PRIMERA DE LA COMUNIÓN DE PERSONAS HUMANAS;
ELSIGNIFICADO DEL ACTUAR HUMANO EN EL MUNDO QUE ESTÁ LIGADO AL DESCUBRIMIENTO Y AL RESPETO DE LAS LEYES DE LA NATURALEZA QUE DIOS HA IMPRESO EN EL UNIVERSO CREADO, PARA QUE LA HUMANIDAD LO HABITE Y LO CUSTODIE SEGÚN SU PROYECTO.


ESTA VISIÓN DE LA PERSONA HUMANA, DE LA SOCIEDAD Y DE LA HISTORIA HUNDE SUS RAÍCES EN DIOS Y ESTÁ ILUMINADA POR LA REALIZACIÓN DE SU DESIGNIO DE SALVACIÓN”

No hay comentarios:

Publicar un comentario