TU TRASCENDENCIA MAMA JULIA
Mamá Julia, hoy hemos querido recordarte en el templo de Dios, templo en el cual habías encontrado verdadera paz espiritual; fuiste tocada por el Señor con su gracia, gracia que todos nosotros, tus hijos, tus nietos, bisnietos y toda la familia anhelamos alcanzar.
Ahora que estas merecidamente en el Reino del Señor, te recordamos con inmensa alegría, ese amor y esa atención que desplegaste a nuestro Señor, no sólo lo viste y lo miraste, sino lo contemplaste y lo hiciste tuyo.
Nos enseñaste con tu ejemplo a amarnos como hermanos, poniendo en todos nuestros actos y dichos: la verdad, la justicia y el amor, valores humanos que se constituyen en los ingredientes para alcanzar la PAZ en nuestros hogares, y en el mundo, y es que así ayudaremos a mitigar tanta violencia.
Gracias Mamá Julia porque quisiste imitar a Cristo, todo bondad, todo misericordia y sobre todo, todo perdón, porque Jesucristo efectivamente, no puso la otra mejilla, puso todo su cuerpo y fue flagelado, puso su cabeza y fué coronado de espinas, puso sus manos y sus pies, y lo atravesaron de lado a lado.
Mamá Julia, el Señor te confió su secreto para que des testimonio en un mundo sin amor. ¡Qué tremenda responsabilidad!
Y es que para vivir como Cristo no es fácil, ya que necesitamos muchas fuerzas para resistir las muchas trabas y dificultades que hacen difícil nuestro retorno al Señor.
Tu nieto Ronald Lacunza Tello.
Mamá Julia, hoy hemos querido recordarte en el templo de Dios, templo en el cual habías encontrado verdadera paz espiritual; fuiste tocada por el Señor con su gracia, gracia que todos nosotros, tus hijos, tus nietos, bisnietos y toda la familia anhelamos alcanzar.
Ahora que estas merecidamente en el Reino del Señor, te recordamos con inmensa alegría, ese amor y esa atención que desplegaste a nuestro Señor, no sólo lo viste y lo miraste, sino lo contemplaste y lo hiciste tuyo.
Nos enseñaste con tu ejemplo a amarnos como hermanos, poniendo en todos nuestros actos y dichos: la verdad, la justicia y el amor, valores humanos que se constituyen en los ingredientes para alcanzar la PAZ en nuestros hogares, y en el mundo, y es que así ayudaremos a mitigar tanta violencia.
Gracias Mamá Julia porque quisiste imitar a Cristo, todo bondad, todo misericordia y sobre todo, todo perdón, porque Jesucristo efectivamente, no puso la otra mejilla, puso todo su cuerpo y fue flagelado, puso su cabeza y fué coronado de espinas, puso sus manos y sus pies, y lo atravesaron de lado a lado.
Mamá Julia, el Señor te confió su secreto para que des testimonio en un mundo sin amor. ¡Qué tremenda responsabilidad!
Y es que para vivir como Cristo no es fácil, ya que necesitamos muchas fuerzas para resistir las muchas trabas y dificultades que hacen difícil nuestro retorno al Señor.
Tu nieto Ronald Lacunza Tello.
1
No hay comentarios:
Publicar un comentario