¿SABIAS QUE EL
MUNDO ES LA VIÑA DEL SEÑOR Y CADA UNO DE NOSOTROS SOMOS UNA HIGUERA, DESTINADA A DAR
FRUTO?
(Mc 11, 11-26)
P. Carlos Cardó SJ
Jesús llegó a Jerusalén y fue
al Templo; y después de observarlo todo, como ya era tarde, salió con los Doce
hacia Betania.
Al día siguiente, cuando
salieron de Betania, Jesús sintió hambre. Al divisar de lejos una higuera
cubierta de hojas, se acercó para ver si encontraba algún fruto, pero no había
más que hojas; porque no era la época de los higos. Dirigiéndose a la higuera,
le dijo: "Que nadie más coma de tus frutos". Y sus discípulos lo
oyeron.
Cuando llegaron a Jerusalén,
Jesús entró en el Templo y comenzó a echar a los que vendían y compraban en él.
Derribó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas,
y prohibió que transportaran cargas por el Templo.
Y les enseñaba: "¿Acaso
no está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las naciones?
Pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".
Cuando se enteraron los sumos
sacerdotes y los escribas, buscaban la forma de matarlo, porque le tenían
miedo, ya que todo el pueblo estaba maravillado de su enseñanza. Al caer la
tarde, Jesús y sus discípulos salieron de la ciudad. A la mañana siguiente, al
pasar otra vez, vieron que la higuera se había secado de raíz.
Pedro, acordándose, dijo a
Jesús: "Maestro, la higuera que has maldecido se ha secado". Jesús le
respondió: "Tengan fe en Dios. Porque yo les aseguro que si alguien dice a
esta montaña: 'Retírate de ahí y arrójate al mar', sin vacilar en su interior,
sino creyendo que sucederá lo que dice, lo conseguirá.
POR ESO LES DIGO: CUANDO PIDAN ALGO EN LA ORACIÓN, CREAN QUE YA LO
TIENEN Y LO CONSEGUIRÁN. Y CUANDO USTEDES SE PONGAN DE PIE PARA ORAR, SI TIENEN
ALGO EN CONTRA DE ALGUIEN, PERDÓNENLO, Y EL PADRE QUE ESTÁ EN EL CIELO LES
PERDONARÁ TAMBIÉN SUS FALTAS.
PERO SI NO PERDONAN, TAMPOCO EL PADRE QUE ESTÁ EN EL CIELO LOS PERDONARÁ
A USTEDES.
El episodio de
la higuera estéril y el de la purificación del templo aparecen unidos en el
evangelio de Marcos.
La razón es que EL TEMPLO MATERIAL DABA AL JUDÍO LA FALSA
SEGURIDAD DE SU SALVACIÓN.
SE LLENABAN DE ORGULLO
EXCLAMANDO: ¡AH, EL TEMPLO DEL
SEÑOR! ¡AH, EL TEMPLO DEL SEÑOR! LES GUSTABA CELEBRAR EN ÉL
CEREMONIAS SOLEMNES Y SACRIFICIOS COSTOSOS, PERO AL MISMO TIEMPO SE LO
PROFANABA CON TODA CLASE DE INJUSTICIAS Y SE LLEVABA UNA VIDA DE ESPALDAS A LOS
VALORES QUE EN EL TEMPLO SE PROCLAMABAN.
Por esta razón, ESA RELIGIOSIDAD CENTRADA EN EL TEMPLO NO
HA DADO FRUTOS, ES LA HOJARASCA ENGAÑOSA DE LA HIGUERA QUE ESCONDE SU
ESTERILIDAD.
Jesús recurre a
una acción simbólica que lo presenta como el Mesías-Rey que juzga.
La higuera que
es Israel y el judaísmo oficial no ofrece los frutos deseados y engañan a la
gente, por eso merecen la condena de Jesús.
Al día siguiente,
los discípulos vieron que la higuera se había secado. Jesús aprovecha la
ocasión PARA INSTRUIRLOS SOBRE LA FE
VERDADERA, QUE SE EXPRESA EN LA ORACIÓN AUTÉNTICA Y EL PERDÓN, FRUTOS QUE
ESTABAN AUSENTES EN LA RELIGIOSIDAD DE ISRAEL.
Es la razón por
la que Jesús, haciendo uso de su autoridad mesiánica realiza a continuación,
según Marcos, el gesto simbólico de purificar el templo y el culto: Mi casa es casa de oración para todos los
pueblos. Ustedes sin embargo la han convertido en cueva de ladrones.
Juan (2, 13-22) sitúa el episodio al
comienzo, en una fiesta de pascua.
Es más prolijo
en detalles descriptivos. Habla del látigo que hace Jesús y del trato que da a
unos vendedores y a otros. Y, sobre todo, incluye la profecía: Destruyan este templo y en tres días lo
levantaré de nuevo.
Sea como fuere,
no es un simple arrebato de ira.
JESÚS ADOPTA LA ACTITUD
VALIENTE DE LOS PROFETAS (Amós, Miqueas, Isaías, Jeremías) que habían denunciado la injusticia y
dado su vida por la verdadera religión.
Su conciencia
crítica lo lleva a denunciar aquella perversión insoportable que consiste en USAR A DIOS PARA LUCRAR Y OPRIMIR.
Por eso, el
templo es en vez de reflejar la gloria de Dios, se ha convertido en una cueva
en la que se rinde culto a Mammon, EL ´´DIOS”
DEL DINERO, QUE SUSTITUYE A DIOS.
Por eso Jesús tiene que purificarlo y llenarlo de la gloria que resplandece en
su persona y en su palabra. Así aparece Jesús como el verdadero templo del
Dios-con-nosotros, que hace entrar en comunión con Dios.
Sólo después de
la resurrección los discípulos llegarán a entender que el templo de piedra
podía caer (como de hecho cayó el año 70), PERO
QUE EL CUERPO DE CRISTO, DESTRUIDO EN LA CRUZ, PERO RESUCITADO Y LEVANTADO POR
DIOS, ES EL TEMPLO NUEVO EN EL QUE HABITA TODA LA PLENITUD DE LA DIVINIDAD
CORPORALMENTE (COL 2,9).
CRISTO RESUCITADO ES EL LUGAR
DEFINITIVO DE LA PRESENCIA DE DIOS EN SU PUEBLO, SANTUARIO DE LA AUTÉNTICA
ADORACIÓN EN ESPÍRITU Y EN VERDAD (Jn 4,23), LA PERFECTA
“CASA DEL PADRE”.
La actuación de
Jesús en el templo será la causa de su muerte.
Su palabra
acerca de la destrucción del templo será el motivo de su condena.
Jesús es
perseguido por los poderosos. PERO A
DIFERENCIA DE LOS PODEROSOS, EL PUEBLO SENCILLO LE ESCUCHA.
QUIEN ESCUCHA LA PALABRA Y LA
PONE EN PRÁCTICA, SE CONVIERTE EN PIEDRA VIVA DEL NUEVO TEMPLO.
San Pedro dirá: Ustedes como piedras vivas, van construyendo
un templo espiritual dedicado a un sacerdocio santo, para ofrecer, por medio de
Jesucristo, sacrificios espirituales agradables a Dios (1 Pe
2,4-5).
La comunidad eclesial es “el nuevo
templo”.
Y LA
OFRENDA DE NUESTRAS VIDAS ENTREGADAS A LA CAUSA DE JESÚS Y SU REINO ES EL
SACRIFICIO ESPIRITUAL AGRADABLE A DIOS (Rom 12,1-3).
El simbolismo de la higuera vale,
pues, también para nosotros: EL MUNDO
ES LA VIÑA DEL SEÑOR Y CADA UNO DE NOSOTROS UNA HIGUERA, DESTINADA A DAR
FRUTO.
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