martes, 22 de enero de 2019

ELEJIA A UNA MADRE


MAMITA GENOVEVA   
Mamita Genoveva un día como hoy hace 96 años, el Señor nos concedió una gracia muy linda que fue darnos tu ser para revelarnos durante tu vida, con cortesía, que no se puede vivir sin paz y tranquilidad, aunque tú no la tuvieras, en un acto de generosidad y de exquisita gentileza.
Fue una generosidad del pobre, es decir, el pobre rico de amor, producto de tu plenitud en el amor.
Esta hermosa experiencia se dio gracias a tu corazón puro, limpio de todo lo bestial, lo innoble y vil;  es decir, te constituiste en la esencia del ser humano, fuiste excepcional, así nos habitaste dejándonos lindas huellas de ternura en nuestro ser, es de esa manera que te recordamos y siempre te recordaremos hasta el último día de nuestras vidas.
Fue tu corazón purificado de la ira, del temor, de la ambición y libre de la amargura que hizo que nunca se te viera mal gestada, tuviste un corazón llano.
En el pedregal de un corazón rudo no desciende ni se prende el amor y es así que no llegamos a escuchar esa música en el alma que se constituye en una dimensión ennoblecedora.
Nos amaste sin reservas, dándonos consuelo y alegría, haciéndonos sentir que éramos esenciales en tu vida.
Nos enseñaste que la  ternura no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: es la virtud de quienes denotan fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión y de verdadera apertura de amor al otro.
Nos decías que la ternura se hace cargo del otro, que no lo descarta, ni se muestra indiferente.
En ti mamita la ternura se convirtió en implicación compasiva con el sufrimiento concreto del otro.
Jamás vimos en ti secretas intenciones que no fueran la búsqueda del bien y el goce de los demás.
Y es así que en la búsqueda de una vida espiritual, conociste el verdadero sentido de la vida con luz y con verdad,  PARA REGRESAR A DIOS, NUESTRO CREADOR.
Dios te amo sin reservas, dándote siempre consuelo y alegría, haciéndote sentir que eras esencial en su vida.
Siempre lo seguiste, sintiendo en todo momento su tierno abrazo en su camino de luz, porque no quería perderte nunca, y si le fallaste, siempre estuvo dispuesto a perdonarte con su infinita misericordia.
Nunca dudaste que Él se te daba  como un regalo a tu ser, siempre te habitó dejándote sus huellas de amor.
Así, fuiste libre sólo para hacer el bien, Él te ayudó a ser auténtica, siempre fiel sirviendo a los demás con júbilo.
Fuiste muy humana abierta a Dios, y Él siempre te decía: Eres mi Amiga, porque sabía lo que significabas para nuestra Iglesia y eso es lo que te daba aliento y te reconfortaba frente a la angustia que sacudía tu corazón de ver la tragedia del hombre en este mundo; agobiado por la miseria, el hambre, las enfermedades,  y la pérdida de los valores morales.
Esta triste realidad hacía que te entregaras a los que vivían con mucho vacío y soledad por la ausencia de amor, a pesar que de por medio está nuestra felicidad que no es poca cosa.
Viviste con mansedumbre porque te identificaste con Cristo, y no se trata de cobardía, sino del auténtico valor espiritual de quien sabe enfrentarse al mundo hostil sin ira y sin violencia, sino más bien con benignidad y amabilidad; venciendo el mal con el bien, buscando lo que une y no lo que divide, lo positivo y no lo negativo para poseer así la Tierra y construir en ella la civilización del amor.
Siempre valoraste cada uno de los bienes recibidos de la mano de Dios como un don gratuito.
Estabas segura que el Dios de Jesús,  siempre nos quiere dar una infinita compañía sosegadora, la cual nos dará la posesión entera y perfecta de nuestras vidas sobre la base de una fe sólida e inagotable.
Mamita Genoveva, viviste  buscando la belleza del mundo, porque sabías que DIOS,  ES LA BELLEZA PLENA.

Siempre buscaste la verdad porque sabías que  DIOS,  ES LA ÚNICA VERDAD DIGNA DE SER CONOCIDA.

Te esforzaste por conseguir la paz, porque sabías que DIOS, es la ÚNICA PAZ DONDE PUEDEN DESCANZAR LOS CORAZONES INQUIETOS.

Dios siempre te decía eres mi compañera, y hoy estás en su reino y nada los separará. Ahora son uno.
Muchas gracias mamita porque siempre supiste darnos sólo amor sin reservas, por eso, el Señor te ha dado una vida de realización plena y de felicidad en tu nueva vida eterna.

                                                   Hasta pronto Mamita.

08.01.19

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